Tony: ¿Sabes qué sería divertido? Que todos en Las Vegas se enterasen de estas historias y luego fueran por ahí diciendo:
—La que me hizo aquello fue Jenna Jameson. Yo estaba de pie de este lado del camino y ella…
Jenna: … me disparó con un extintor de incendios. ¿Recuerdas esa vez? ¡Los blanqueábamos por completo! A duras penas conseguíamos escapar.
Tony: Todo comenzó cuando éramos chicos e incitábamos a la gente. Luego llevamos las cosas a un nivel diferente.
Jenna: Se me ocurrió la idea del extintor de incendios. Dije algo así:
—Los hay en todos los complejos de apartamentos. Deberíamos quebrar el cristal y coger el extintor de incendios, lo que activaría la alarma. Pero no nos sucederá nada si lo hacemos lo bastante rápido. ¿Vale?
Así que conseguimos hacernos con una colección de extintores. Y luego salíamos a «nublar a la gente», como lo llamábamos.
Tony: Le pedía a alguien que se acercase al coche para preguntarle una dirección.
Jenna: … y yo ¡psssssshhhht! desde la ventanilla. Era estupendo pues parecía una nube mortal. Y la gente quedaba toda cubierta de color blanco. Íbamos a los sitios donde se vendía crack y nublábamos al que esperaba para ofrecer la droga. Recuerdo aquella vez en que cogimos al chico en su tabla de patinar, y un policía nos vio. Nos vimos en medio de esa persecución espectacular pero conseguimos huir.
Tony: O cuando esos chicos nos persiguieron con su coche, y nos presionaban de costado.
Jenna: Y entonces tú conseguiste salir del coche, porque ellos tenían las ventanillas bajas, apuntaste dentro con el extintor y ¡schpumm! ¡Nublaste todo el coche con los seis críos dentro!
Tony: Nadie llegó nunca tan lejos como nosotros. Conseguimos una filmadora y nublamos a todas las prostitutas que había en la calle Fremont. ¿Recuerdas a los pandilleros que abrazaban a esa chica? Y les disparamos con el extintor a esos cabrones. Quedaron todos blancos. Y uno de los tíos se subió a su viejo Impala y nos persiguió por Las Vegas agitando una pistola fuera de la ventanilla. Aquella persecución nos consumió un tanque entero de gasolina.
Jenna: Hicimos todo lo que luego hicieron Jackass y los tíos de CKY pero mucho antes que ellos. Quizá todos por entonces estuvieran haciendo lo mismo, no lo sé.
Tony: ¿Recuerdas cuando construíamos esas esculturas gigantes en el patio de la gente y luego les prendíamos fuego?
Jenna: Era yo la que les prendía fuego, tú y los demás huíais mientras yo todavía intentaba encenderlas.
Tony: Te gritaba:
—¡Jenna, enciende la mecha!
Jenna: Y finalmente, ¡buuum! Todo estallaba en llamas. La gente salía de sus casas aterrada. Y unos días más tarde salía en las noticias: «Ola de cabrones en el valle de Las Vegas». Todos exclamábamos: ¡Ayyyyy! Y papá no tenía la menor pista.
Larry: Ni se me pasaba por la cabeza la posibilidad de que fuerais vosotros.
Tony: Causando estragos.
Jenna: Todavía siento cada tanto el impulso de salir a nublar a alguien. (Todos ríen.)
Selena (esposa de Tony): ¿Alguien está escuchando estas cosas por primera vez?
Larry: La verdad que sí.