No me importa que los hombres sean gordos, flacos, bajos, altos, jóvenes, viejos, chicos malcriados llenos de dinero, haraganes eternamente desempleados, ordenados funcionarios, cazadores de ratas, drogadictos perdidos o estrellas de rock (que por otra parte suelen encajar en la mayor parte de las categorías anteriores). Me gustan todos. Pero eso no implica que les permita a todos meterse en mi cama.
En definitiva, lo decisivo es la ausencia de un «ahuyentador». Puedo compartir una cena con el más atractivo de los hombres, pero si abre la boca y su aliento huele a pescado muerto, la cita ha llegado a su fin. Eso es un ahuyentador. Para la mayoría de las chicas, la suciedad debajo de las uñas de un tío es un ahuyentador, pues ninguna desea que alguien deje esa suciedad en su interior tras una noche de pasión. Existen numerosos ahuyentadores, y en un momento crucial cualquiera de ellos puede dar por terminada una relación incluso antes de que la misma haya comenzado.
A continuación siguen diez ahuyentadores que yo he experimentado en una u otra ocasión. Consideradla una lista de cosas que no hay que hacer:
- NO DEBERÁS conducir un Porsche y luego llevarme de regreso a tu estudio-apartamento en Valencia.
- NO DEBERÁS pronunciar ninguna de las frases siguientes:
- «Sólo meteré la cabeza.»
- «¿Entonces eso significa que no echaré ninguno?»
- «No es necesario que usemos un condón. Nunca antes he tenido problemas.»
- «¿Por qué dices que no quieres abrazarme?»
- «Mis amigos nunca creerán esto.»
- «Todos los tíos con los que has trabajado quedarán humillados.»
- «Me he quedado sin dinero. ¿Dónde está tu bolso?»
- «Estos juguetes sexuales son básicamente nuevos».
- «Tenemos que estar en silencio. Mi madre duerme.»
- «Tus tetas son casi tan suaves como las de mi hermana.»
- «Juro que la cámara no está encendida.»
- «Bien, mi ex novia solía hacerlo.»
- «Si es la policía, diles que no estoy en casa.»
- «Ya no es contagioso.»
- Cualquiera de las preguntas del Libro VI, capítulo 4.
- NO DEBERÁS tener a tus mascotas muertas conservadas en envoltorios plásticos en la nevera.
- NO DEBERÁS pedirme que deje de fumar, beber, ingerir píldoras o ver reality shows en la tele.
- NO DEBERÁS tener en tu casa ninguno de los siguientes
elementos:
- Una lámpara bronceadora para el rostro.
- Una bolsa para lavar la vagina en la ducha (douche bag).
- Tubos de Preparado H contra las hemorroides.
- Comidas preparadas por tu madre en la nevera, cada una guardada en un recipiente con una etiqueta señalando los distintos días de la semana.
- Afiches en el dormitorio con la imagen de Traci Lord, Ron Jeremy, Bill O’Reilly o cualquier otra estrella porno que haya escrito un libro pasible de competir con el mío.
- Ropa sucia que ha sido doblada y guardada con la ropa limpia.
- Maquillaje de una ex novia que lleve allí más de seis meses, en especial si su apellido era James.
- Más abrigos de piel de los que tengo yo.
- NO DEBERÁS ser capaz de ponerte un dildo más grande que el mío.
- NO DEBERÁS tener una línea de bronceado con forma de bikini.
- NO DEBERÁS echarte pedos frente a mí, ni introducirte los dedos en la nariz y juguetear con los mocos, ni llorar en la primera cita, ni, lo que es más notorio todavía, ponerte las manos en la parte baja de los pantalones, controlar cómo huelen y pretender luego besarme con tu rostro apestando a culo.
- NO DEBERÁS aducir que se resbaló (me refiero a los tíos advenedizos que intentan sin preámbulos darte por el culo).
- PODRÁS dejar alzada la tapa del váter. Pero NO DEBERÁS tenerla baja y orinar encima.
Mandamientos que ha violado mi esposo, Jay: II, IV, V, VIII y X.