Capítulo 46
31 de julio de 1990
Llevo una eternidad sin escribirte, lo sé. Ahora mi vida ha cambiado drásticamente. Vivo en Montana y soy muy infeliz. Este despreciable lugar me ha enseñado muchas cosas, aunque estoy muy confundida y me siento muy sola. Desearía poder escapar de aquí. Pero no tengo ningún sitio, ni nadie a quien acudir. Además, no heriría los sentimientos de mi padre por nada en el mundo.
He pensado infinitas veces en coger mis cosas y marcharme hasta encontrar el lugar adecuado, un lugar donde haya alguien que me necesite. Pero me pregunto dónde estará ese lugar. Para la gente, o bien soy una putilla pedante o tan sólo otra niña bonita. Desearía que alguien me amase por lo que soy, no por mi aspecto o por mi cuerpo.
Pensé que Pat me amaba, pero resultó ser igual a los demás. Ahora sé que sólo Dios puede proporcionarme amor verdadero. No creo que Dios sepa de mi existencia, y no es que yo merezca que la conozca. Espero que cuando mire este diario, o cuando mis hijos lean estas líneas, las cosas que menciono sean apenas un amargo recuerdo y yo sea una mujer amada y feliz. Rezo por que mis hijos, cuando sea que los tenga (y si eso ocurre), nunca deban experimentar el tipo de dolor que yo he padecido en mi vida. Pero intento tan tenazmente como puedo superar este momento, y quizá lo consiga sin sufrir un daño irreparable, sólo con cicatrices. Mi hermano es la muleta que impide que me caiga y mi amor por él nunca morirá. Nunca.
Hasta luego,
Jenna