Capítulo 1
2 de marzo de 1996
Querido diario:
De modo que te hallé después de todos estos años. Al parecer sólo te necesito cuando estoy triste. Es imposible que te ponga al tanto de todo lo que ha sucedido en mi vida, pero permíteme al menos contarte lo que me pasa ahora.
Viajar es un elemento básico de mi vida. Parece que es lo único que hago. Ignoro qué efecto tiene sobre mí. Supongo que no me he tomado el tiempo suficiente para reflexionarlo. Y ése es uno de los mayores problemas: la reflexión. Me apago a mí misma. Me niego a observar la imagen que me devuelve el espejo de mi vida. Nunca me tomo el tiempo para sentir el efecto de mis decisiones. Quizá sea porque me avergonzarían, o me asustarían. Soy consciente de que he evitado el dolor desde que tengo memoria. Es lo que se me ha enseñado. A ser la pequeña fuerte, resistente… Las cosas sólo pueden mejorar. Mientras la vida corre carreras conmigo, mi alma se consume en la enfermedad. Sí, la enfermedad. Siento que padece. Porque quien debería cuidarla y protegerla está demasiado ocupada intentando alcanzar el éxito y ser aceptada. Sin duda me aterra la idea de que, si intento arreglar lo que hay quebrado dentro de mí desde hace tanto tiempo, no lo consiga. Así que avanzo por la vida fingiendo que estoy entera, orgullosa y soy fuerte.
Casi reí en voz alta cuando bajé la cabeza para secarme las lágrimas con mi camiseta y vi el boli que estoy usando para transmitir mi dolor.
Es del Hotel Radisson. Todo dicho.
A veces las cosas me parecen irreales.
Nikki solía decir que yo era su «gitana». Yo me reía cuando decía eso, pues sé que no se refería sólo a mis viajes. El mío es un corazón de gitana buscando continuamente un hogar, luchando consigo mismo, preguntándose si no es una muestra de debilidad o incluso un error el mero hecho de buscarlo. Siento la perpetua soledad.
O no. En realidad no sé si la ansiedad que siento se debe a la soledad o a que tengo el corazón completamente partido. Pero de luchar contra ello, convencerme de que no está partido por completo. Aún conservo esperanzas de encontrar la paz conmigo misma, y de eso se trata.
-Confusión-.