Sábado, día 6
SEMANA 51
FILOSOFÍA
Ludwig Wittgenstein
Ludwig Wittgenstein (1889-1951) nació en Viena (Austria) en el seno de una familia acomodada. Siguiendo los consejos de Gottlob Frege (1848-1925), fue a la Universidad de Cambridge, donde estudió las bases de las matemáticas junto a Bertrand Russell (1872-1970). Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Wittgenstein regresó a Austria para alistarse en el ejército. Fue durante el tiempo que pasó en las trincheras y más adelante en un campo como prisionero de guerra cuando escribió su primera obra, Tractatus Logico-Philosophicus (1921). Tras el armisticio regresó a Inglaterra, donde enseñó filosofía en Cambridge y escribió los manuscritos que acabarían convirtiéndose en su segundo libro, Investigaciones filosóficas (1953), una obra postuma.
Tractatus Logico-Philosophicus
(Tratado lógico-filosófico) recoge una enumeración de proposiciones
en las que el autor argumenta que el lenguaje tiene una estructura
con cierta lógica y que ésta es un reflejo de la estructura del
mundo. Wittgenstein distinguía entre lo que dice una proposición y
lo que muestra. Las proposiciones dicen que el mundo es de una forma
determinada pero nos muestran, en su organización, cuál es la
estructura del mundo. La lógica trata de la estructura de las
proposiciones. No dice nada pero nos muestra cuál es la estructura
del lenguaje y del mundo. Wittgenstein llegó a la conclusión de que
la mayoría de los problemas filosóficos nacen de los intentos
desencaminados por decir lo que en realidad sólo puede mostrarse.
Defendía que los filósofos encontraban obstáculos cuando intentaban
decir que el mundo tenía una estructura determinada, en lugar de
mostrar esa estructura a través de la lógica.
En Investigaciones filosóficas, Wittgenstein explica por qué la filosofía va mal encaminada. Creía que los problemas filosóficos tienen su raíz en la confusión sobre el lenguaje. Esgrimía el argumento de que las dificultades aparecen sólo cuando utilizamos las palabras de una forma no estandarizada o ignoramos la gran variedad de usos que tienen. Escribió: «La filosofía es una batalla contra los hechizos que lanza nuestra inteligencia a través del lenguaje». De ahí que Wittgenstein recomendase una concepción terapéutica de la filosofía en la que el objetivo era aclarar el significado del lenguaje.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. Wittgenstein finalizó su Tractatus con la enigmática frase: «Sobre lo que no podemos hablar, debemos callar».
2. Tanto Wittgenstein como Martin Heidegger y Adolf Hitler nacieron en 1889.