Miércoles, día 3
SEMANA 27
ARTES PLÁSTICAS
El impresionismo
El impresionismo nació en Francia en la década de 1870. El objetivo de los pintores impresionistas era reproducir la impresión visual que un objeto produce en el ojo humano. Más que nada estaban interesados en la cambiante naturaleza de la luz y la forma en que ésta afectaba a la visión.
Al contrario que los artistas que les precedieron, que eligieron temas relacionados con la historia o la mitología, los impresionistas reflejaron el mundo que los rodeaba. Fueron de hecho los primeros artistas que trabajaron habitualmente al aire libre. Como tenían que pintar con rapidez para poder captar el efecto de la luz sobre el objeto, no planificaban ni hacían esbozos de sus pinturas por adelantado, sino que trabajaban de forma directa. Conscientes de que era poco probable que su ojo viese nada que fuera completamente estático, no contorneaban con fuerza los objetos sino que los pintaban de refilón, con grandes pinceladas, creando la ilusión de movimiento. En lugar de mezclar los colores en la paleta, utilizaban colores puros, directamente sobre el lienzo. Mirados desde cerca aparecen separados, pero de lejos se funden entre sí.
La invención de la fotografía influyó de forma fundamental en el desarrollo del impresionismo. Al igual que los fotógrafos, los impresionistas estaban interesados en la óptica, la luz y el color, y les preocupaba captar el mundo tal y como aparecía ante sus ojos.
Aunque ya algunos artistas anteriores como Joseph Mallord Willam Turner (1775-1851) habían mostrado su interés por las cualidades de la luz, el rastro de los orígenes del impresionismo se sigue hasta el movimiento realista y uno de sus principales representantes en Francia Édouard Manet (1832-1883). Al igual que sus amigos impresionistas (junto a los que nunca expuso), Manet se sentía atraído por la temática del día a día y la utilización libre del pincel. Al igual que ellos, también era un rebelde que se atrevió a burlarse de las convenciones oficiales, respaldadas por el Estado, de la Académie des Beaux-Arts.
En 1874, cuando se negó el acceso a los impresionistas a la exposición que se organizaba anualmente en el Salon des Artistes, ellos organizaron su propia muestra. En el grupo se incluían pintores de la talla de Claude Monet, Auguste Renoir, Edgar Degas y Alfred Sisley. Una de las obras de Monet titulada Impresión: Amanecer (1872) proporcionó a Louis Leroy, un crítico hostil, el término al principio peyorativo de «impresionistas».
En total, el grupo organizó ocho exposiciones, la última en 1886. Por aquella época, muchos de sus miembros ya estaban trabajando en estilos nuevos que acabarían recibiendo el nombre de «postimpresionismo». No obstante, la mayor parte de los movimientos artísticos de la época moderna encontraron su inspiración en la independencia de los impresionistas y su coraje a la hora de romper con las tradiciones establecidas.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. Como los impresionistas trabajaban a gran velocidad, a menudo terminando una obra en un solo día, fueron más prolíficos que los artistas que les precedieron, que invertían semanas en una sola composición. En la actualidad se pueden contemplar cientos de obras impresionistas por todo el mundo, ya sea en museos o en colecciones privadas. Las pinacotecas más conocidas son el Museo de Orsay de París, el Art Institute de Chicago y la Fundación Barnes de Filadelfia.