Viernes, día 5
SEMANA 44
MÚSICA
Tonalidad y atonalidad
Toda la música que se compuso entre los siglos XVII y principios del XX suele incluirse en la categoría de música tonal, basada en la idea de que en cada pieza debe preponderar y usarse como referencia uno de los 12 tonos de que se compone la música occidental (do-do#-re-re#-mi-fa-fa#-sol-sol#-la-la#-si). A este tono especial se lo denomina centro tonal o nota tónica, y en la mayor parte de las composiciones musicales es el «centro» de la pieza.
Este concepto se plasma en los títulos de las obras clásicas: si una pieza tiene por título Sinfonía en sol menor, significa que se basa en una escala de sol menor y que sol es su nota tónica.
Richard Wagner fue el primer compositor que empezó a cambiar la música con un uso a fondo del cromatismo. Creaba piezas con bemoles y sostenidos; por ejemplo, al componer en do mayor, es decir, basándose en la escala do-re-mi-fa-sol-la-si-do, Wagner empleaba las notas do#, re#, fa#, sol# y la# de forma generalizada.
Los compositores posteriores a Wagner recogieron el testigo y lo llevaron aún más lejos. El resultado de estos experimentos musicales fue la atonalidad, en la que se concede la misma importancia a cada una de las 12 notas y desaparece la nota tónica. A partir de entonces, las melodías no tenían por qué girar en torno a una nota central; al desembarazarse de la nota tónica, decían estos compositores, podían hallar nuevas vías de expresión, tal y como el expresionismo abría un nuevo mundo de posibilidades en las artes plásticas.
Aunque parezca que estamos hablando de términos técnicos, lo cierto es que, gracias a la tonalidad, las melodías nos resultan familiares y agradables de escuchar. Casi todas las canciones de pop y folk se encuadran dentro de la música tonal. Sin embargo, cuando se desafía la tradición —ya sea en música clásica, en jazz o en pop— el resultado suena discordante y extraño para la mayoría de las personas. Lo música atonal resulta sorprendente y «moderna» incluso hoy en día, casi un siglo después de su desarrollo.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. Pierrot lunar (1914), de Arnold Schoenberg, es una de las primeras y mejores piezas de música atonal.
2. Muchos compositores, como Charles Ives e Igor Stravinski, experimentaron con la politonalidad, que consistía en recurrir a más de una nota tónica en la misma pieza musical.
3. El rechazo de la tonalidad en la música coincidió, tanto filosófica como cronológicamente, con el rechazo del sujeto tangible por parte del arte abstracto.