Miércoles, día 3
SEMANA 21
ARTES PLÁSTICAS
La muchacha de la perla
Ludwig Goldscheider, historiador del arte holandés, se refirió al retrato La muchacha de la perla, de Jan Vermeer (1632-1675), como «La Mona Lisa del norte».
Pintada sobre fondo negro, la chica tiene la cabeza girada, y con los labios entreabiertos mira hacia fuera del retrato. Tanto sus ojos como su boca están resaltados con delicadeza gracias a unas pinceladas en blanco y rosa. La luz que se refleja sobre su pendiente de perla en forma de lágrima se consigue gracias a una capa gruesa de impasto. Su traje dorado y sencillo no ofrece ninguna pista sobre el lugar o la época a los que pertenece, pero el turbante que porta sobre la cabeza le concede un innegable toque de exotismo. Tanto uno como otro son ejemplos claros de la habilidad de Vermeer para representar los pliegues de los tejidos.
La muchacha de la perla es uno de los tres o cuatro retratos de tamaño busto que realizó Vermeer. Lo más probable es que fuera concebido como un tronie, un tipo de pintura que también ejecutaba Rembrandt, en el que una característica o una expresión determinada se anteponía a la fidelidad del parecido con el individuo en cuestión. También es probable que se pintara como obra secundaria, o pieza de acompañamiento, para Retrato de una mujer joven, de Vermeer, conocido como La muchacha Wrightsman, actualmente en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
Algunos han hecho conjeturas sobre si la modelo del cuadro era la hija mayor de Vermeer, Maria. Otros, sin embargo, consideran que se trata de Magdalena, la hija del jefe de Vermeer, Pieter van Ruijven. Tracy Chevalier, la autora del best-seller La joven de la perla, imaginó que la chica era Griet, una sirvienta de la que Vermeer se enamoró. La versión cinematográfica de la novela de Chevalier se estrenó en 2003.
El misterio que rodea la identidad de la mujer también ha contribuido a incrementar en gran medida el aura que rodea el trabajo, que salió a la luz en 1881, cuando el coleccionista de arte Arnoldus Andries des Tombes lo compró en una subasta por dos florines. En su testamento legó la obra al Mauritshuis, en La Haya, donde ha estado expuesto desde su muerte en 1902.
Como señaló con agudeza el crítico de arte Jan Veth, es como si el cuadro de La muchacha de la perla se hubiese «hecho a partir del polvo de perlas aplastadas».
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. Marilyn Chandler McEntyre escribió una colección de poemas basados en las obras de Vermeer que se titula Quiet Light; en ella se incluye un poema titulado «Chica con pendiente de perla».
2. En 1994 se realizó una restauración a fondo del cuadro antes de enviarlo a Washington para una importante retrospectiva sobre la obra de Vermeer.