Lunes, día 1
SEMANA 49
HISTORIA
El proyecto Manhattan
En agosto de 1939, el famoso científico Albert Einstein escribió una breve carta a Franklin D. Roosevelt, por entonces presidente de Estados Unidos, transmitiéndole su profundo miedo ante la posibilidad de que la Alemania nazi desarrollara una bomba atómica a partir del uranio. Los efectos de una bomba de ese tipo en manos de los nazis, dijo, serían inimaginables. «Una única bomba de este tipo, llevada en barco y explosionada en un puerto», escribió Einstein, «podría destruir sin problemas la totalidad del puerto además de parte del territorio colindante». Einstein cada vez estaba más desesperado ante lo preocupante de las noticias que llegaban desde Europa ese verano, poco antes de la Segunda Guerra Mundial.
El objetivo de la carta de Einstein era advertir a Roosevelt, pero tuvo una consecuencia inesperada. Si la Alemania nazi podía desarrollar un arma tan terrorífica, Roosevelt decidió que lo mejor que podía hacer Estados Unidos era fabricar una primero. Antes de que Estados Unidos entrara en la guerra en 1941, su gobierno puso en marcha un programa para estudiar el potencial militar del uranio. Después de Pearl Harbor, este programa evolucionó para convertirse en el proyecto Manhattan. Después de años de estudio en un lugar remoto de Nuevo México, un equipo de científicos de los países aliados finalmente perfeccionó un arma atómica. Corría el año 1945.
En la época de mayor trabajo durante la guerra, el proyecto Manhattan llegó a reunir a cientos de los principales científicos del mundo, una concentración de mentes científicas que nunca más se ha vuelto a producir. Al igual que Einstein, muchos de ellos eran refugiados que habían huido de la ocupación nazi de Europa. En total, el gobierno de Estados Unidos invirtió 20 000 millones de dólares en crear la bomba.
Su utilización contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945 acabó con dos de los principales centros industriales de la isla y con la vida de 120 000 civiles. El objetivo era obligar a los japoneses a rendirse, y se consiguió; días después de la caída de la bomba en Nagasaki, Japón capituló. Aquel uso de la bomba sigue siendo polémico. En aquella época, muchos generales estadounidenses, entre ellos Dwight D. Eisenhower, tenían la sensación de que no era necesaria y que lo único que conseguiría sería tirar por tierra la reputación de Estados Unidos. Otros, sin embargo, pensaban que al lanzar la bomba se aceleraría el fin de la guerra. Einstein, por su parte, el hombre cuyos descubrimientos habían hecho posible la creación de la bomba, estaba horrorizado. Después de la guerra dijo que se arrepentía de haber alertado a Franklin D. Roosevelt sobre los terribles poderes del átomo.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. La primera reacción nuclear en cadena que se llevó a cabo con éxito tuvo lugar en el centro de Chicago en 1942, en una pista bajo el estadio de fútbol americano de la universidad.
2. Uno de los científicos británicos que trabajó en el proyecto Manhattan, Klaus Fuchs, confesó luego haber espiado para la Unión Soviética. Gracias en parte a la información que les hicieron llegar Fuchs y otros espías, los soviéticos probaron su primera arma nuclear en 1949.