Martes, día 2
SEMANA 50
LITERATURA
«La segunda venida»
Girando y girando en una espiral cada vez mayor
El halcón que no puede oír al cetrero;
Todo se desmorona; no resisten los cimientos;
La anarquía se desata sobre el mundo,
Sube la marea teñida de sangre, y en todas partes
Se ahoga el ritual de la inocencia;
Los mejores carecen de cualquier convicción, y los
[peores]
Se cargan de fuerza apasionada.
Sin duda se aproxima una revelación;
Sin duda la Segunda Venida está cerca.
¡La Segunda Venida! Apenas pronunciadas esas
[palabras]
Una enorme imagen salida del Spiritus Mundi
Turba mi vista: en algún lugar entre las arenas del
[desierto]
Una figura con cuerpo de león y cabeza de hombre,
De mirada ciega e inmisericorde como el sol,
.
Mueve sus lentas caderas, mientras a su alrededor
Huyen sombras de las indignadas aves del desierto.
Cae de nuevo la oscuridad; pero ahora sé
Que veinte siglos de sueño pétreo
Se tornaron pesadilla por el balanceo de una cuna,
¿Y qué brutal bestia, llegada al fin de su hora,
se arrastra hacia Belén para nacer?
«La segunda venida» (1920), de William Butler Yeats, incluye algunas de las imágenes más intensas de la poesía del siglo XX. De hecho se trata de una obra atípica de Yeats, que es más conocido por su contribución al movimiento del Renacimiento celta (un intento de preservar la cultura de su Irlanda natal frente a la influencia inglesa). Pero mientras que muchas de las obras de Yeats tienen una clara influencia de la mitología y el folclore gaélico, «La segunda venida» es un poema impregnado de su fascinación por lo oculto.
Yeats tenía una visión muy particular de la historia, que creía poseer gracias a la revelación de los espíritus; la concebía como una serie de ciclos de 2000 años de ascensos y declives, que denominaba espirales. Según Yeats, la última espiral creciente del mundo culminó con el nacimiento de Jesús, lo que significaba que su espiral de decadencia o antitética debía llegar a su punto más bajo en algún punto del siglo XX. Tras experimentar los grandes horrores de la Primera Guerra Mundial en Europa, Yeats creyó que en 1920 la espiral cristiana perdía su papel dominante en el mundo y que su fin ya no estaba lejos.
La segunda venida rebosa imágenes de caos y maldad. Empieza con una visión vertiginosa de un halcón que «girando y girando» en una espiral es incapaz de escuchar la llamada de su dueño. Visiones aterradoras se van acumulando ante el lector, para culminar con una bestia en forma de esfinge que surge en el desierto. Es el reverso perverso de la mitología cristiana, la bestia que «se arrastra hacia Belén para nacer». Aunque se desconoce la verdadera intención de Yeats, generalmente los críticos consideran la bestia como una representación de los sistemas totalitarios del comunismo y el fascismo que se estaban implantando en Europa tras la Primera Guerra Mundial.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. Los títulos de Todo se desmorona (1958), de Chinua Achebe, y Se arrastra hacia Belén (1968), de Joan Didion, fueron tomados del poema de Yeats.
2. Varios de los versos del poema se refieren de manera indirecta a Prometeo liberado (1820), de Percy Bysshe Shelley por quien Yeats sentía una gran admiración.