Viernes, día 5
SEMANA 30
MÚSICA
Hector Berlioz
Romántico casi hasta el exceso, Hector Berlioz (1803-1869) fue egocéntrico y enamoradizo. Su vida turbulenta fue el complemento perfecto de la música que dejó escrita.
Nacido en el seno de una familia modesta de las afueras de Grenoble (Francia), su padre, médico, lo envió a la Facultad de Medicina de París. Allí se vio inundado por el espíritu del romanticismo: iba a conciertos y se juntaba siempre con músicos. Enfrentándose a la oposición de su devota y pragmática madre, Berlioz terminó dejando sus estudios y entró en el Conservatorio de París.
En 1827 asistió a la representación de Hamlet y esta
experiencia le cambió la vida, ya que se enamoró profundamente de
la actriz irlandesa Harriet Smithson, que interpretaba el papel de
Ofelia, e inició un cortejo enloquecido. Cuando Smithson rechazó sus
proposiciones, decidió ganársela a través de la música. El
resultado fue la Sinfonía Fantástica (1830), una de las
piezas más importantes del siglo XIX.
La obra relata la historia de un joven, un ambicioso compositor, que locamente enamorado de una hermosa dama intenta suicidarse con una sobredosis de opio. En lugar de morir pasa por cinco alucinaciones enfebrecidas que coinciden con los cinco movimientos de la pieza: en primer lugar se encuentra con su amante y le invade el deseo; luego la ve bailando en una fiesta; sigue una escena tranquila en un prado; más tarde asesina a su objeto de deseo y es ejecutado en la guillotina, y, por último, su cuerpo es zarandeado en un aquelarre de brujas en el que aparece su amada adoptando formas macabras, acompañada por una distorsión de su tema y por el canto fúnebre medieval, el Dies irae.
En la Sinfonía Fantástica Berlioz utiliza la técnica revolucionaria de la idée fixe, una melodía simple y cautivadora que representa a la amada y que se va repitiendo con distintas apariencias musicales en cada momento. Del mismo modo que él estaba obsesionado con el recuerdo de Harriet, la sinfonía está obsesionada con el tema dedicado a ella. Muchos años después, Berlioz acabaría casándose con la voluble mujer, pero su amor, tardío y apagado, no duró demasiado.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. Jean-François Lesueur (1760-1837), su profesor en el Conservatorio de París, le dijo que era un genio. Berlioz nunca lo olvidó, y eso animó su instinto babilónico para componer a gran escala, creando producciones enormes y costosas. En 1844 dirigió en París un conjunto grandioso de orquesta y coro compuesto por más de un millar de músicos; necesitó siete ayudantes de dirección.
2. Además de ser autodidacta en guitarra y flauta, Berlioz no era un maestro con los instrumentos. Era un pianista terrible y no tocaba el violín ni ninguno de los instrumentos que normalmente manejaban los compositores.
3. Siempre incómodo con los estándares muy exigentes y conservadores del Conservatorio de París, Berlioz se presentó como candidato para trabajar allí pero fue rechazado siempre; se ganó la vida sobre todo con las críticas que escribía en los periódicos y las revistas parisinas. Era un escritor con talento y muchos de sus artículos han sobrevivido al paso del tiempo.