Martes, día 2
SEMANA 38
LITERATURA
Fiódor Dostoievski
Fiódor Dostoievski (1821-1881) fue sin lugar a dudas el maestro de la novela psicológica. A lo largo de su carrera literaria, que se extiende varias décadas, mostró una comprensión de la naturaleza humana sin precedentes y a día de hoy probablemente inigualada; su maestría llegaba a lo más alto en la descripción de los estados emocionales tortuosos de culpabilidad, desesperación y preocupación por la muerte.
Las tragedias y los malos momentos que Dostoievski tuvo que afrontar a lo largo de su vida lo ayudarían a enriquecer aún más su ficción. Nació en Moscú en el seno de una rígida familia ortodoxa rusa, y la muerte repentina de su padre en 1839 lo destrozó siendo tan sólo un niño. A pesar de que siguió las indicaciones paternas y se formó para ser ingeniero, en realidad nunca le gustó ese trabajo y decidió convertirse en escritor. Su primera novela, Pobre gente (1846), fue muy bien acogida por la crítica pero su carera sufrió un fuerte frenazo cuando en 1849 fue detenido por participar en un acto a favor de la izquierda radical. Después de que lo sometieran a una ejecución ficticia con un indulto en el último momento, pasó cuatro años en un campo de trabajo en Siberia. Estas experiencias dejarían una impronta imborrable tanto en el tono como en el contenido de sus obras.
En la década de 1860 Dostoievski alcanzó sus verdaderos logros literarios con la novela Memorias del subsuelo (1864), en la que retrata a un recluso neurótico y amargado incapaz de integrarse en la sociedad, y su obra maestra, Crimen y castigo (1866), una disección de la culpa y la miseria de un joven que ha asesinado a una anciana. Esta última obra destaca especialmente por la profundidad psicológica que alcanza y su conclusión de que la autorrecriminación que el criminal se inflige a sí mismo es mucho peor que cualquier castigo que la sociedad le pueda aplicar.
A medida que fue envejeciendo, empezó a rechazar la política atea que había defendido en su juventud y regresó a las raíces de la ortodoxia rusa de sus antepasados. En El idiota (1868-1869) retrata a un personaje cristiano de tinte trágico, y la que es considerada la gran obra maestra de su última etapa literaria, Los hermanos Karamazov (1879-1880), es la novela cristiana más importante de la historia, empapada de moralidad ortodoxa rusa. En esta gigantesca obra, tres hijos abordan los problemas del bien y del mal y de la fe cristiana de formas muy diferentes tras el asesinato de su padre.
A pesar de que sus detractores lo acusan de usar un estilo carente de humor y de ser demasiado denso, es incuestionable lo pormenorizado del estudio psicológico que hace de sus personajes, especialmente cuando se adentra en las mentes de los criminales, los que sufren desequilibrios mentales y otros marginados sociales. Más allá de su legado literario, estas caracterizaciones han influido en los filósofos nihilistas y existencialistas del siglo XX, de Friedrich Nietzsche a Albert Camus.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. Durante toda su vida sufrió ataques epilépticos que se agravaron significativamente en los años que pasó en el campo de trabajo de Siberia.