La autocrítica efectiva

Para que la autocrítica sea positiva, es menester recurrir a muchas de las técnicas que ya hemos presentado al hablar de cómo criticar a otros de manera constructiva. Pero cuando uno es a la vez el emisor y el receptor de la crítica, el proceso se vuelve un poco más complicado. Lo primero es identificar, y después dejar de lado la pauta de autosabotaje, acostumbrándonos a ser observadores objetivos de nuestros propios hábitos autocríticos. De hecho, debemos empezar a considerarnos a «nosotros mismos» como si fuéramos otra persona frente a ese «nosotros mismos» que es una entidad aparte. Uno ha de aprender a hablar «de sí mismo» consigo mismo, un proceso que al comienzo puede parecer engorroso, pero hay maneras de facilitarlo.

Precise con exactitud qué es lo que está criticando «de sí mismo». Como el proceso de toda crítica consiste en ofrecer o conseguir información conducente a un cambio que signifique una mejora, es decir al desarrollo personal, el que se autocritica no puede darse el lujo de generalizar. La persona que se tacha de «inútil» debe preguntarse específicamente «a sí misma» qué es lo que está haciendo o dejando de hacer que la lleva a semejante conclusión. Tiene que definir con precisión cuáles son las formas de comportamiento que es menester cambiar.

¿Es un «inútil» en su trabajo? ¿Cuando hay que hacer frente a una crisis? ¿Cuando se trata de manejar dinero? ¿Para mantener relaciones amorosas o de amistad? Casi todos admitiríamos nuestra ineficacia o nuestra dificultad para desenvolvernos en uno o dos de tales aspectos de la vida, pero difícilmente habrá alguien que sea «inútil» para todo o «inútil» en general. El simple hecho de descubrir que hay muchos aspectos en los que uno funciona de manera adecuada, puede ser una gran ayuda para dispersar la nube de negatividad que rodea a toda autocrítica global formulada en términos de «soy un inútil».

Lleve un diario de autocríticas. Así como el «diario de críticas» (véase el apéndice) es útil para analizar la forma en que uno critica y recibe las críticas al relacionarse con otras personas, registrar de la misma manera las autocríticas nos ayudará a ver cómo es nuestro trato con nosotros mismos. Después de haber llevado durante varias semanas un registro así se podrá, por una parte, identificar temas comunes, es decir, las actitudes y acciones por las cuales uno se autocensura más frecuentemente. ¿Son temas muy diferentes, o hay entre ellos una relación? Si este último es el caso, tal vez resolver una autocrítica básica ayude también a resolver una o más de las otras.

Por ejemplo, hay una evidente relación entre decirse «Soy demasiado indeciso» y reprocharse «Jamás terminaré de decorar mi apartamento». Una vez que uno consiga modificar su proceso de toma de decisiones, el trabajo de decorar el apartamento le resultará mucho más fácil. Identificar los temas comunes es importante, porque ayuda a que uno no se sienta abrumado por las autocríticas y, al mismo tiempo, deja «espacio mental» para pensamientos más constructivos.

Otra ventaja de llevar un diario de autocríticas es que le permite a uno establecer una jerarquía según la importancia que tengan. Supongamos que el lector ha anotado en su lista «Fumo demasiado», «No hago suficiente ejercicio» y «No me mantengo en contacto con los amigos». Culparse por todos esos fallos o intentar remediarlos a todos al mismo tiempo, es una conducta condenada al fracaso. Lo mejor será decidir cuál es la crítica que para él tiene más importancia, es decir, cuál es el comportamiento que más le interesa cambiar. Entonces podrá concentrar su energía en esa autocrítica específica, hasta resolverla totalmente. (Una alternativa es decidir qué comportamiento sería el más fácil de cambiar, y resolver de inmediato primero ése. De tal manera, uno reforzará su sensación de competencia, lo cual le dará más confianza para afrontar los otros cambios).

Construya un puente de elementos «positivos» entre la emisión y la recepción de la autocrítica, manteniendo un diálogo interno con «usted mismo». Con demasiada frecuencia, las autocríticas que nos formulamos no son enunciados subjetivos (Me equivoqué de nuevo), sino objetivos (Ya volviste a meter la pata). Esto no es un simple accidente ni un hábito lingüístico; es la prueba evidente de cómo interiorizamos el proceso de crítica al cual nos vimos expuestos en nuestros años de formación. Ahora nos hablamos a nosotros mismos de la forma en que otros nos hablaban.

Sin embargo, es posible valerse de esa interiorización separando arbitrariamente el «tú» y el «yo» —el emisor de la crítica y su receptor— y entablando un diálogo entre los dos. El propósito del diálogo es neutralizar los aspectos negativos de la autocrítica y reformularlos de manera positiva y constructiva.

Esto se logra mediante la ficción de que uno está criticando a otra persona por el comportamiento de «sí mismo», y preguntando:

—¿Cómo puedo yo (en cuanto emisor de la crítica) comunicar esta información de manera tal que yo (en cuanto receptor de la crítica) la acepte de la mejor manera posible?

A su vez, la parte «receptora» de usted mismo ha de escuchar y responder a la crítica como usted querría que lo hiciese otra persona a quien estuviera usted haciendo la misma crítica.

Al principio, puede parecer que este diálogo consigo mismo es demasiado confuso para ponerlo en práctica con éxito, pero su eficacia se hará cada vez más evidente con la práctica. Una forma de estructurar el diálogo interno es disponer dos sillas enfrentadas entre sí. Asigne a una de las sillas el papel de emisor de la crítica y a la otra el papel de receptor. Empiece por elegir una observación crítica que usted mismo se haga con frecuencia, y después vaya moviéndose de una silla a otra, a medida que va asumiendo alternativamente la identidad del que critica y del criticado. Lo que así se persigue es que usted se oiga, de la manera más objetiva posible, mientras hace la crítica y cuando responde a ella, y orientar el diálogo hacia un enfoque constructivo de la situación.

Veamos un ejemplo de cómo funcionó esta técnica en el caso de Stan, un guionista de televisión, de 34 años.

En el caso de Stan, la crítica básica era: No estoy logrando nada en mi vida. Los comentarios en cursiva que van entre paréntesis después de cada una de las aseveraciones de Stan, tanto en su rol de emisor como en el de receptor, muestran de qué manera se pueden aplicar principios que son claves para hacer positivo el proceso de crítica.

EMISOR: ¡Ya tienes treinta y cuatro años y no estás logrando nada concreto! (La crítica es tremendamente generalizada y tiene claros matices de humillación y culpa).

RECEPTOR: Bueno, ya me lo has dicho varias veces. ¿Que te parece si eres más específico? ¿Qué es exactamente lo que no estoy logrando? (Usa la técnica de comunicación positiva para pedir más información).

EMISOR: No estás haciendo ningún progreso en tu trabajo, y jamás llegarás a hacer nada por hacer habitable tu apartamento nuevo. (Se sigue generalizando: nótese el uso de «jamás». Además, la crítica básica se ha ampliado, convirtiéndose en dos diferentes).

RECEPTOR: ¿A qué te refieres al decir que no estoy progresando en mi trabajo? (Pide información más específica y se concentra en una crítica por vez).

EMISOR: Hace seis meses que estás trabajando en el mismo guión. No lo terminarás nunca. (La crítica comienza a precisarse, pero su expresión sigue siendo muy negativa).

RECEPTOR: Es verdad que hace mucho tiempo que trabajo en el mismo proyecto, pero hace tres meses, lo único que tenía era una idea y un borrador. Desde entonces he adelantado mucho. (Stan empieza a considerar algunos de los aspectos positivos de la situación, que contradicen la autocrítica).

EMISOR: Siempre dices cosas como ésa. (Stan, en cuanto emisor de la crítica, está resuelto a no reconocer ningún progreso ni permitirse escapar del anzuelo).

RECEPTOR: Es verdad, pero finalmente todos mis proyectos se concretan, y el guión también quedará terminado. Además, mientras estaba trabajando en él, entregué también tres artículos para revistas y empecé a desarrollar otras dos ideas para guiones. (Stan, en cuanto receptor, reúne más pruebas positivas y las presenta con firmeza).

EMISOR: Bueno, pues parece que hubieras estado atascado mucho tiempo… Por lo demás, para escribir bien se necesita tiempo, y en realidad te pasas varias horas por día ante la máquina de escribir. (La respuesta anterior, de Stan en cuanto «receptor» ha desbaratado sus autoacusaciones. Lo que primero se presentó como un hecho —«No estás logrando nada concreto»—, se reduce ahora a una hipótesis: «Parece»).

RECEPTOR: Tengo que tener presente que, de una manera o de otra, llego a hacer una cantidad considerable de trabajo. Tal vez otros escritores trabajen con más rapidez que yo, pero yo tengo que tener más paciencia conmigo mismo. Me lleva más tiempo hacer el trabajo, pero lo hago. (Al expresar nuevamente los aspectos positivos, ambos lados del «sí mismo» esencial de Stan coinciden en que por lo menos el aspecto laboral de la autocrítica original es, en buena medida, falso e injustificado. Los últimos comentarios de Stan son enunciados positivos que necesita repetirse de cuando en cuando para mantener a raya la autocrítica).

EMISOR: Pero de todas maneras, ¡no estás haciendo nada con el apartamento! (Vuelve a acentuar los aspectos negativos; si un motivo de crítica le falla, hace la prueba con otro).

RECEPTOR: ¿Qué, por ejemplo? (Pide que se especifique la crítica).

EMISOR: Siempre estás diciendo que vas a poner estantes, desocupar todas esas cajas e instalar la luz en el estudio.

RECEPTOR: Es cierto, pero no he tenido tiempo. Prefiero trabajar en el guión. (Reconoce cierta validez en la crítica, pero da una razón para la falta de acción).

EMISOR: Es lo que siempre dices, pero no siempre estás escribiendo. Entretanto, tu estudio es un desorden. Si lo arreglaras, tal vez podrías trabajar mejor. ¿Cómo podemos hacernos tiempo para que lo hagas? (Stan, en cuanto «emisor», hace una sugerencia constructiva para la acción, que puede resolver la situación motivo de la crítica. Y al usar el verbo en plural, «podemos», indica que no se propone autosabotear el intento).

RECEPTOR: Como habitualmente no escribo los sábados, tal vez podría dedicarme entonces a ordenar el estudio, mientras miro el partido por televisión. (Las excusas desaparecen porque el diálogo se orienta ahora hacia la acción y no hacia la autocrítica).

EMISOR: ¿Por qué no concentrarnos en una tarea por vez? ¿Cuál es la más importante? (Como colaboración a la acción, se discriminan las tareas y se les asignan prioridades).

RECEPTOR: Probablemente poner los estantes. Una vez hecho eso, podría desocupar las cajas y organizar el archivo y los libros de consulta. (Ve los resultados positivos dimanantes del cambio de comportamiento).

EMISOR: Bueno, entonces, dediquémonos a una cosa por vez. (Recuerda a Stan que terminar una tarea le dará una sensación de satisfacción que, a su vez, servirá de motivación para emprender la siguiente). ¿Cuándo empezamos? (Pide que se establezca un plazo para evitar demoras).

RECEPTOR: ¡Este sábado! Cuanto antes empecemos, antes estará todo listo. (Expectativa de resultados positivos y resolución de la autocrítica).

Éste es un ejemplo relativamente simple de una técnica compleja y sutil, pero muestra de qué manera un diálogo con uno mismo puede generar respuestas constructivas a la autocrítica, y ayudar a evaluar (e incluso a negar) su validez.

Emprenda acciones que le ayuden a reemplazar los hábitos mentales de autocrítica por una actitud más positiva para su propia imagen. Busque deliberadamente sus puntos fuertes y valorícelos, en lugar de concentrarse en sus supuestos fallos y defectos. Haga una evaluación precisa y minuciosa de sus haberes.

«Extiéndase» hasta superar las actitudes y sentimientos de autocrítica, ofreciéndose para ayudar a otros. Haga algo que no quiere hacer, o que no tiene que hacer. A la inversa, ábrase más para recibir ayuda y apoyo emocional de otras personas.

Sorprende comprobar que para la mayoría de las personas es casi tan difícil aceptar el aliento o la aprobación de otras como ofrecerlos; son muchos los hombres y mujeres que se sienten incómodos, e incluso avergonzados, cuando reciben un cumplido. Pero cuanto más capaz sea uno de aceptar apoyo emocional, tanto más irá profundizando su sensación de ser valioso. «Es una paradoja interesante —dice el psicoterapeuta Richard Robertiello—, que la manera de intensificar el amor a sí mismo se relacione con la aceptación de la admiración ajena. En este sentido, uno está reparando el daño producido a su autoestima.»[16]

Intente hacer algo que no esté seguro de poder hacer bien. La mayoría de nosotros somos autocríticos hasta tal punto que nos privamos de actividades potencialmente agradables o gratificantes, sin intentarlas siquiera. Sin embargo, si hacemos la prueba, es frecuente que encontremos que, aunque no las hagamos a la perfección, nos proporcionan placer y satisfacciones. Los problemas no han de ser considerados como signos de fracaso, sino como oportunidades de éxito.

No se reproche por no estar viviendo de acuerdo con normas arbitrarias o con lo que piensan otras personas. Cada uno de nosotros es la vara con que se han de medir sus propios logros. Ésta es una actitud especialmente difícil de mantener para muchas mujeres, en nuestra época tan liberada, ya que con frecuencia se critican por «fracasar» en el desempeño simultáneo de papeles tales como el de esposa y madre impecable, destacada mujer de carrera y amante perfecta, como parece esperar de ellas nuestra sociedad. Pero, si bien lo correcto es respetar los objetivos de otras personas, no es necesario adoptarlos como propios… y después autocriticarse por no haberlos alcanzado.

De cuando en cuando, mírese con los ojos de quienes se interesan por usted y lo aman. Encontrará, sin duda, que tienen una excelente opinión de usted: considérela bien merecida.

En este libro hemos sugerido muchas técnicas y orientaciones para que llegue usted a un nivel de crítica satisfactoria. Pero más importante que cualquier fórmula o receta es el espíritu con que se ofrece y se acepta una crítica. Aprender técnicas para hacer críticas constructivas es una cosa, pero hacer crítica constructiva como parte integrante de un modo de pensar es mucho más importante. Si podemos llegar a considerar la crítica como una forma natural de brindar apoyo emocional, y no como una agresión, seremos más capaces de ofrecerla y de recibirla, de evaluarla y de obtener beneficio de ella.

Nadie es perfecto
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicatoria.xhtml
agradecimientos.xhtml
Cap01.xhtml
Cap01_01.xhtml
Cap01_02.xhtml
Cap01_02_01.xhtml
Cap01_02_02.xhtml
Cap01_02_03.xhtml
Cap01_03.xhtml
Cap01_04.xhtml
Cap02.xhtml
Cap02_01.xhtml
Cap02_01_01.xhtml
Cap02_01_02.xhtml
Cap02_01_03.xhtml
Cap02_01_04.xhtml
Cap02_01_05.xhtml
Cap02_01_06.xhtml
Cap02_01_07.xhtml
Cap02_01_08.xhtml
Cap02_01_09.xhtml
Cap02_01_10.xhtml
Cap02_01_11.xhtml
Cap02_01_12.xhtml
Cap02_02.xhtml
Cap02_02_01.xhtml
Cap02_02_02.xhtml
Cap02_02_03.xhtml
Cap02_02_04.xhtml
Cap02_02_05.xhtml
Cap02_02_06.xhtml
Cap03.xhtml
Cap03_01.xhtml
Cap03_01_01.xhtml
Cap03_01_02.xhtml
Cap03_01_03.xhtml
Cap03_01_04.xhtml
Cap03_01_05.xhtml
Cap03_02.xhtml
Cap03_02_01.xhtml
Cap03_02_02.xhtml
Cap03_02_03.xhtml
Cap03_02_04.xhtml
Cap03_03.xhtml
Cap04.xhtml
Cap04_01.xhtml
Cap04_02.xhtml
Cap04_02_01.xhtml
Cap04_02_02.xhtml
Cap04_02_03.xhtml
Cap04_02_04.xhtml
Cap04_02_05.xhtml
Cap04_02_06.xhtml
Cap04_02_07.xhtml
Cap04_03.xhtml
Cap04_04.xhtml
Cap04_04_01.xhtml
Cap05.xhtml
Cap05_01.xhtml
Cap05_02.xhtml
Cap05_03.xhtml
Cap05_04.xhtml
Cap06.xhtml
Cap06_01.xhtml
Cap06_02.xhtml
Cap06_03.xhtml
Cap06_03_01.xhtml
Cap06_03_02.xhtml
Cap06_03_03.xhtml
Cap06_03_04.xhtml
Cap06_03_05.xhtml
Cap06_03_06.xhtml
Cap06_03_07.xhtml
Cap06_03_08.xhtml
Cap06_03_09.xhtml
Cap06_03_10.xhtml
Cap06_03_11.xhtml
Cap06_04.xhtml
Cap07.xhtml
Cap07_01.xhtml
Cap07_01_01.xhtml
Cap07_01_02.xhtml
Cap07_01_03.xhtml
Cap07_02.xhtml
Cap08.xhtml
Cap08_01.xhtml
Cap08_02.xhtml
Cap08_03.xhtml
apendices.xhtml
apendices_01.xhtml
apendices_01_01.xhtml
apendices_01_02.xhtml
apendices_01_03.xhtml
apendices_01_04.xhtml
apendices_02.xhtml
apendices_03.xhtml
apendices_03_01.xhtml
apendices_03_02.xhtml
apendices_03_03.xhtml
apendices_04.xhtml
biblio.xhtml
autor.xhtml
autor2.xhtml
notas.xhtml