Cómo criticar a los niños
—¿Cómo puedo decir algo desagradable a mi hijo, si, después de todo, soy su madre? —pregunta una mujer.
Un padre comenta:
—Cuando critico a mi hijo, siento que no estoy cumpliendo con mi misión de padre. Lo que tengo que hacer es ayudarlo, no herirlo.
Los comentarios de esta clase son bastante comunes, y dan testimonio de que la percepción de la crítica como algo automáticamente lesivo, y no potencialmente útil, ejerce gran influencia sobre los padres.
Hay otras razones para que vacilemos en criticar a nuestros hijos; tal vez sintamos que si un niño está haciendo algo mal, la culpa es nuestra por no educarlo como es debido. Nos identificamos demasiado con nuestros hijos; si se conducen mal, es posible que pensemos que ese comportamiento fue aprendido a partir de nuestro ejemplo. Y hay padres que tienen miedo de criticar a los niños, porque sienten que, si los fastidian demasiado, sus hijos no los querrán.
De acuerdo con el difunto Haim Ginott, una autoridad en lo que se refiere a relaciones entre padres e hijos, la mayor parte de la comunicación intergeneraciones se da en la forma de dos monólogos que pasan uno al lado del otro sin prestarse atención, como barcos en la noche. Uno de ellos, criticón y caviloso, está integrado por órdenes y críticas destructivas; el otro, por denegaciones y súplicas estériles. La tragedia, observaba Ginott, no reside en que a los padres les falte amor ni inteligencia, sino en que carecen de habilidad para comunicarse eficazmente con sus hijos.
Según el doctor Charles Schaefer, criticar a los niños «es más eficaz cuando la crítica se centra más bien en la tarea que en la aprobación». El último enfoque ataca o humilla a la persona, no al comportamiento:
—No me gustan los niños que interrumpen —o—: Sólo los niños malos interrumpen.
La crítica centrada en la tarea se dirige al comportamiento:
—Te agradecería que no interrumpieras —o—: No es cortés interrumpir cuando alguien está hablando.[10]
El objetivo de este capítulo es ofrecer orientaciones y técnicas específicas para formular a los niños críticas eficaces y centradas en la tarea. Cada ejemplo demuestra cómo comunicar información crítica de manera que un niño pueda aceptarla y sacar partido de ella. Cada uno ofrece una forma de criticar que permite al niño comprender, desarrollarse, cambiar y favorecer su autoestima. Aunque las técnicas se valen de diversos procedimientos, hay elementos que son básicos en todas ellas.
ORIENTACIONES PARA CRITICAR A LOS NIÑOS:
1. Use palabras que el niño pueda entender.
2. Asegúrese de que su crítica es apropiada para la edad. No critique a un niño porque hace (o no hace) algo que excede sus capacidades.
3. Sea breve. Evite prédicas y «sermones».
4. Proteja la propia imagen del niño.
5. Sea sincero.
6. No se valga de amenazas.
7. Comprométase. Dedique tiempo y energía al proceso de la crítica. Sígalo, ayudando al niño a responder a la crítica, y elogíelo por reaccionar de manera positiva.