Cómo valerse de fuentes externas
Con frecuencia, los jóvenes se muestran renuentes a aceptar las críticas de sus padres, y no actúan de acuerdo con ellas porque les parece que es como admitir que estaban «equivocados». Los adolescentes son especialmente quisquillosos ante lo que puede parecerles un «desprestigio». Para evitar este problema, hay que tratar de que las críticas provengan de una fuente externa, que el joven respete. He aquí cómo se las arregló un padre:
Diez días después de haber sacado su permiso de conducir, a mi hijo Pat le pusieron una multa por exceso de velocidad. Una semana más tarde, se escapó por un pelo de tener un accidente, pues se cambió de carril sin señalarlo con las luces. Yo le advertía que debía conducir con prudencia y lo amenacé con no dejarle usar el coche si seguía así. El muchacho sostenía que ni la multa ni el casi-accidente habían sido culpa de él.
Yo sabía que Pat estaba orgulloso de su capacidad como conductor, y sabía también que, si yo lo criticaba, sólo conseguiría que corriese más riesgos. Entonces leí en el periódico que un corredor famoso, uno de los héroes deportivos de Pat, iba a dar consejos para «conducir bien», en una exposición de automóviles. Fui a escucharlo con Pat, quien prestó muchísima atención a todo lo que dijo su héroe y, mientras regresábamos a casa, me dijo:
—Yo siempre creí que los corredores se exponían pero me parece que los mejores conductores conducen con cuidado.
Cuando sabe que la fuente de la crítica es alguien diferente de sus padres, el adolescente puede pensar que no está «sometiéndose» a la autoridad, sino más bien coincidiendo con un experto. En vez de sentir que obedecía una orden o se inclinaba ante una amenaza, Pat se adjudicó la condición de persona responsable, al decidir que era sensato conducir con cuidado. La fuente externa puede ser un experto, una estrella deportiva, una celebridad del mundo del espectáculo, el artículo de una revista o un documental televisivo; es decir, cualquier persona o cosa que tenga status para la mentalidad del adolescente.
ORIENTACIONES PARA EL USO DE FUENTES EXTERNAS:
1. Lo más importante es la oportunidad. No recurra a un fuente externa inmediatamente después de haber criticado usted mismo a su hijo o hija. El adolescente le verá el juego, o dará por sentado que usted está valiéndose de la fuente como «prueba» para respaldar su propia crítica. Si el padre de Pat le hubiera dicho: «¿Viste lo que dijo el experto? ¡Yo te dije que condujeras con más cuidado!», todo el valor de la experiencia se habría perdido.
2. Integre la fuente externa en la sucesión natural de los acontecimientos, evitando que parezca una situación artificialmente montada.
3. Válgase de fuentes externas adecuadas, porque de otra manera puede salirle el tiro por la culata. Una madre que pensaba que las faldas y blusas que usaba su hija eran demasiado exiguas le mostró un artículo donde se citaba a una conocida diseñadora de modas. La experta predecía que en la nueva moda predominarían los escotes a ras del cuello.
—Ay, mamá —exclamó la niña—, a ésa ya nadie le presta atención. ¡Es tan anticuada!