Reconocimiento y agradecimiento final
Pocos meses después de haberme marchado de Indonesia volví para visitar a mis seres queridos y para celebrar la Navidad y el Año Nuevo. Mi vuelo aterrizó en Bali sólo dos horas después de que en el sudeste asiático hubiese un tsunami de consecuencias devastadoras. Mis amigos del mundo entero se pusieron inmediatamente en contacto conmigo para preguntarme si mis amigos indonesios estaban a salvo. Casi todos parecían coincidir en una pregunta: «¿Están bien Wayan y Tutti?». La respuesta es que el tsunami no afectó a Bali en absoluto (salvo en el aspecto emocional, por supuesto) y me los encontré a todos en perfectas condiciones. Felipe me estaba esperando en el aeropuerto (el primero de nuestros sucesivos encuentros en algún aeropuerto). Ketut Liyer estaba sentado en su porche, como siempre, preparando sus pócimas y medicamentos. Yudhi acababa de encontrar un trabajo tocando la guitarra en un hotel de lujo y le iba muy bien. Y la familia de Wayan estaba felizmente instalada en su casa nueva, lejos de la peligrosa costa, a salvo en los altos arrozales de Ubud.
Con todo mi cariño (y el de Wayan también), me gustaría dar las gracias a las personas que han aportado dinero para construir la mencionada casa:
Sakshi Andreozzi, Savitri Axelrod, Linda y Renee Barrera, Lisa Boone, Susan Bowen, Gary Brenner, Monica Burke y Karen Kudej, Sandie Carpenter, David Cashion, Anne Connell (experta, junto con Jana Eisenberg, en salvamentos de urgencia), Mike y Mimi de Gruy, Armenia de Oliveira, Rayya Elias y Gigi Madl, Susan Freddie, Devin Friedman, Dwight Garner y Cree LeFavour, John y Carole Gilbert, Mamie Healey, Annie Hubbard y el prodigioso Harvey Schwartz, Bob Hughes, Susan Kittenplan, Michael y Jill Knight, Brian y Linda Knopp, Deborah Lopez, Deborah Luepnitz, Craig Marks y Rene Steinke, Adam McKay y Shira Piven, Johnny y Cat Miles, Sheryl Moller, John Morse y Ross Petersen, James y Catherine Murdock (con los mejores deseos de Nicky Mimi), José Nunes, Anne Pagliarulo, Charley Patton, Laura Platter, Peter Richmond, Toby y Beverly Robinson, Nina Bernstein Simmons, Stefania Somare, Natalie Standiford, Stacey Steers, Darcey Steinke, The Thoreson Girls (Nancy, Laura y Miss Rebecca), Daphne Uviller, Richard Vogt, Peter y Jean Warrington, Kristen Weiner, Scott Westerfeld y Justine Larbalestier, Bill Yee y Karen Zimet.
Por último, y cambiando de tema, quisiera hallar el modo de agradecer debidamente a mis queridísimos tío Terry y tía Deborah por lo mucho que me ayudaron durante el año que duró mi viaje. Conformarme con llamarlo «apoyo técnico» sería disminuir la importancia de su contribución. Juntos tejieron una red bajo mi cuerda floja sin la cual —sinceramente— no habría podido escribir este libro. Algo así es totalmente impagable.
Sin embargo, es casi imposible corresponder a todas las personas que nos ayudan a lo largo de la vida. En última instancia quizá sea más sencillo rendirse ante el milagroso alcance de la generosidad humana y seguir diciendo gracias, eterna y sinceramente, mientras nos alcance la voz.