Palacio de Marik, Atreus
Mancomunidad de Marik, Liga de Mundos Libres
Thomas esbozó media sonrisa.
—Supongo que tiene razón, capiscol Malcolm. Es hora de que responda a la misiva de la duquesa Katrina Steiner.
—Arcontesa Steiner —dijo el hombre con una sonrisa que indicaba disculpa.
Thomas asintió con la cabeza.
—Gracias, capiscol. No querría ofender a Katrina.
Malcolm alzó la vista y frunció el entrecejo.
—Disculpe, señor, pero en el mensaje que le envió amenazaba con hostilidades, en términos más sutiles, por supuesto, si no conseguía que Sun-Tzu le devolviera los mundos que reclama para la Alianza Lirana. Si lo hace, enojará a Sun-Tzu; si no lo hace, Katrina podría atacar nuestra frontera con una fuerza considerable. Puede que incluso se reconcilie con su hermano.
Thomas sacudió la cabeza lentamente.
—Entenderá, capiscol, que los enfrentamientos familiares no se arreglan sin dejar cicatrices —dijo llevándose la mano al lado deformado de su rostro—. Yo lo sé por propia experiencia.
—Sí, capitán general.
—Katrina no es una guerrera, lo que significa que tendría que delegar el control de sus tropas a Víctor para que coordinase las operaciones quedándose sin armas en cuanto pusiera fin a nuestra amenaza. Pero como no puede permitírselo, no lo hará. Todo era un engaño.
Los ojos del capitán general se ensancharon.
—Al haber adoptado el papel de reconciliadora, lo pasará mal ordenando a sus tropas que entren en acción, especialmente a las tropas de la Casa. Las ha invitado a casa en nombre de la paz. Si las vuelve a enviar se sentirá mal y, como no es más que una política y la apariencia es de vital importancia para ella, no será capaz de hacerlo.
De repente, Thomas tuvo una idea.
—El truco está en rechazarla al tiempo que le proporcionamos una pista sobre cómo puede conseguir lo que quiere. Katrina a menudo parece inteligente y reflexiva, pero en este caso su tendencia a la impulsividad ha traicionado su capacidad para pensar con claridad. De lo contrario, habría conducido a su Alianza Lirana a una posición neutral para negociar un acuerdo entre su hermano y yo. Eso le habría dado lo que quería sin necesidad de llegar a las armas y habría aumentado su estatus en la Esfera Interior. Pero no lo ha hecho y ahora está acorralada y no dispone de medio alguno para responder a la amenaza de Sun-Tzu.
Miró a Malcolm y añadió:
—Por favor, tome nota de lo que le diga y envíelo inmediatamente.
—Como desee, capitán general.
—Bien. Empieza así: Querida arcontesa Katrina, yo también me sentí consternado por los sorprendentes avances de Sun-Tzu en los mundos que usted ha reclamado y le he comunicado que no enviaré a mis mercenarios para sancionar sus revoluciones. Pese al hecho de que mi hija y heredera Isis está con él en Sian y esto la convierte en rehén, del mismo modo que mi hijo lo fue para su hermano, no puedo apoyar las acciones de Sun-Tzu contra usted.
Soy consciente de que no quiere que su pueblo muera en combate como tampoco es de su agrado desplegar sus fuerzas contra estos mundos disputados. Entiendo las dificultades por las que está pasando, ya que yo también me he enfrentado a ellas. Éste es el motivo por el que emplearé mercenarios en lugar de tropas de soldados Marik en la zona ocupada y por el que he decidido negar mi apoyo a Sun-Tzu…