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Deleitarse en la guerra es un mérito para un soldado, una cualidad peligrosa para el capitán y un crimen positivo para el hombre de estado.
JORGE RUIZ DE SANTAYANA,
La vida de la razón
Ciudad de Avalon, Nueva Avalon
Marca de Crucis, Mancomunidad Federada
19 de septiembre de 3057
Víctor Davion, Primer Príncipe de la Mancomunidad Federada, estaba sentado tras el enorme escritorio que su padre siempre utilizaba para dirigirse a la nación. No tenía ningún texto preparado, sino sólo notas que había ordenado en fichas. Las colocó sobre la carpeta y entrelazó las manos para no juguetear con ellas mientras hablaba.
A pesar de las protestas de Galen y la posibilidad de una violenta reacción antilirana por parte de sus votantes, había decidido ponerse el uniforme azul y dorado de los Décimos Guardias Liranos. Los Décimos eran su unidad y Víctor sabía que, después de todo lo que habían sufrido estando a su servicio, mantendrían su lealtad. Víctor no quería faltar a su honor cambiando su uniforme por el de una unidad más próxima a los Davion.
También sabía que, aunque Katherine hubiese decidido escindirse de la Mancomunidad Federada, nunca renunciaría a su poder sobre ese territorio. Sería fácil utilizar su acción —traición, como otros la habían denominado— para reforzar su apoyo, pero no quería ver la situación más polarizada de lo que ya estaba. Víctor quería que su pueblo se centrara en los problemas de mayor inmediatez sin perjudicar sus objetivos a largo plazo.
Las luces se encendieron y el director señaló hacia él.
—Mis queridos ciudadanos —dijo Víctor, mirando fijamente a la cámara—, estamos en guerra. No son los Clanes los que han roto la tregua, sino que nuestros viejos enemigos han decidido explotar nuestra lucha contra los Clanes en beneficio propio. Pese a que ninguna de esas dos naciones posee fuerzas luchadoras tan bravas o tenaces como los Clanes, son enemigos más peligrosos. Esto se debe, simplemente, a que sus líderes no son guerreros, sino hombres de estado.
»Los hombres de estado no entienden la guerra. La ven como un arma legítima de la política nacional. Para ellos es una herramienta, como una ley o un tratado. No se dan cuenta de que la guerra es un negocio sangriento que destroza pueblos y mundos, familias y vidas. Sólo saben que puede proporcionarles mundos y ayudarlos a crear coaliciones para enfrentarse a la amenaza externa. Nuestros viejos enemigos valoran todo esto y por eso han iniciado la guerra.
Víctor no se esforzó por contener la cólera y la indignación que se desprendían de sus palabras y su mirada, pero tampoco se permitió el lujo de insultar a nadie. Necesitaba contagiar su enojo al pueblo, pero al mismo tiempo demostrarles que controlaba la situación. Su otra preocupación era no afectarlos hasta el punto de desatar emociones desenfrenadas que sólo conseguirían reavivar luchas entre las facciones de la Mancomunidad Federada y crear más divisiones.
—Thomas Marik me ha acusado de sustituir a su hijo muerto por otro. Confirmó este hecho enviando a un espía para que robase una muestra de sangre de Joshua, la analizase y averiguase que Thomas y Joshua no eran padre e hijo. Si fuera el tipo de monstruo que Thomas dice que soy negaría la validez de esta prueba e inventaría otra prueba para demostrar que Thomas estaba equivocado o que había sido embaucado por un agente.
»No soy un monstruo pese a que este cargo sea cierto. Me dirijo hoy a ustedes para ofrecerles una explicación de por qué se colocó a un doble en el lugar de Joshua. Cuando Joshua se sometió al tratamiento del ICNA, los antídotos que le habían prescrito los médicos de su propio padre estaban matando al chico. Recuerdo que lo conocí en Outreach, donde debían asistir todos los líderes de las Grandes Casas para consultar y planear nuestra respuesta a los Clanes. A pesar de su enfermedad, Joshua era un niño feliz y de una inteligencia sorprendente. Despertaba el cariño de todo el que lo conocía y nadie lo compadecía porque no era el tipo de niño al que uno puede compadecer.
»Mi padre, Hanse Davion, sabía que el ICNA era la única esperanza de supervivencia de Joshua y estaba preparado y dispuesto a conseguir un tratamiento para él. Aunque Thomas Marik participó en las reuniones de Outreach sobre cómo hacer frente a los Clanes, por aquel entonces era reticente a contribuir en la defensa de la Esfera Interior y, pese a que el gran plan de mi padre y Theododore Kurita para detener la invasión incluía regalar a la Liga de Mundos Libres el fruto de años de investigación para que sus fuerzas alcanzaran el nivel de las nuestras en un santiamén, él rechazó la idea. Sin embargo, Thomas sabía que su reino, que no había sido atacado por los Clanes, era el único que podía proporcionar a nuestras tropas el equipo necesario para derrotar a los Clanes.
»Como buen hombre de estado, vio que podía beneficiarse y se aprovechó. Exigió concesiones territoriales. Exigió concesiones materiales. Exigió pagos, y todo antes de darnos lo que necesitábamos. La Mancomunidad Federada y el Condominio Draconis estaban atados de pies y manos. Necesitaban ese material y la Liga de Mundos Libres era su único proveedor.
Víctor se detuvo un momento. Había alcanzado un clímax dramático y quería dar tiempo a sus oyentes para absorber la información que les había dado. Cuando creyó haberlo conseguido, bajó el tono de voz.
—Mi padre ofreció a Thomas algo que le habría dado bajo cualquier circunstancia: la vida de su hijo. Hanse Davion le propuso trasladar a Joshua al ICNA, donde los mejores médicos de la Esfera Interior intentarían curarlo. Todos sabíamos que las posibilidades de que Joshua sobreviviera eran ínfimas, tan ínfimas como las de cualquier unidad combatiendo a los Clanes, pero Thomas tenía que dar aquella oportunidad a su hijo. Al hacerlo, permitía que muchos otros vivieran, volvieran a casa con sus seres queridos y detuvieran a los Clanes, de modo que aún tuviéramos casas a las que poder regresar.
»Mi padre sabía que la vida de Joshua pendía de un hilo. Sabía que su pronóstico no era muy favorable, así que buscó a un niño que se parecía a Joshua y lo preparó para convertirse en el sustituto de Joshua. Si Joshua no iba al ICNA, no había modo alguno de garantizar el suministro de armas que necesitábamos para detener a los Clanes.
»Por supuesto, todo esto fue antes de Tukayyid y de que se firmase la tregua. Si hubiera sabido de la existencia de un doble o si se hubiera informado de ello a mi madre, se habría detenido en aquel momento. Pero no me enteré del programa hasta después de la muerte de mi madre, momento en el que había una rebelión en Skye y los agentes de Sun-Tzu Liao amenazaban con ocuparme sembrando el pánico en la Marca de Sarna. Fue entonces cuando el estado de salud de Joshua empeoró y yo decidí utilizar al doble para ganar tiempo. Prefería calmar Skye y la actividad liaoita de Sarna en lugar de tener que afrontar la muerte de Joshua.
Víctor frunció el entrecejo.
—Esas eran mis intenciones. El cuerpo de Joshua se guardó y ha sido tratado con el máximo respeto. También ofreció a nuestros investigadores la oportunidad de dar un paso adelante en la curación de la leucemia. Gracias a Joshua, una infinidad de niños vivirán.
Víctor adoptó un frío tono de voz.
—Y gracias a su padre, el hombre de estado, una infinidad de niños morirán. Si Thomas hubiera pensado más en su reino que en sí mismo, no habría deshonrado la memoria de su hijo lanzando ataques a nuestro territorio. Aunque ninguna ganancia material podría devolverle a su hijo, yo habría estado dispuesto a negociar un acuerdo con él por la muerte de Joshua, aunque el personal del ICNA hizo lo que pudo por salvar la vida de su hijo y aunque todos sabemos que Joshua habría muerto hace cuatro o cinco años, si no lo hubieran trasladado a Nueva Avalon.
Víctor bajó la vista un segundo y volvió a alzar la cabeza con una mirada de preocupación.
—A muchos de ustedes les asombrará el hecho de que un líder sea capaz de esconder la muerte de un niño a su propio padre. Lo único que les puedo decir es que lo hice para evitar precisamente la matanza que tendrá lugar cuando aterricen las tropas de Thomas. Y lo volvería a hacer si pudiera volver atrás, porque todavía creo que tomé la decisión correcta en aquella circunstancia.
»No hay necesidad alguna de que nos sintamos avergonzados del tipo de gente que produce nuestra sociedad. La Mancomunidad Federada es una nación que crea héroes. Hay una mujer ingresada en el Centro Médico del ICNA, una voluntaria del hospital, que es una heroína. Trabajaba en la sala donde Joshua estaba siendo tratado. Hace cinco días, cuando un grupo terrorista al servicio de Sun-Tzu Liao, un grupo similar al que lanzó una granada a un grupo de estudiantes de Zurich, entró en el hospital con la intención de asesinar y mutilar, ella luchó con coraje y recibió varios disparos. Sus asaltantes murieron y ella fue la única herida porque actuó en defensa de los niños que estaban bajo su vigilancia, incluyendo el joven que creía que era Joshua Marik.
Víctor hizo un gesto de asentimiento frente a la cámara.
—Su nombre es Francesca Jenkins y espero que todos la recuerden en sus plegarias.
Volvió a titubear unos instantes y levantó la cabeza mientras su tono de preocupación se disipaba para dejar paso a uno de firmeza.
—Muchos de ustedes saben que mi hermana Katherine se ha escindido de la Mancomunidad Federada para crear lo que ella denomina «Alianza Lirana». Ustedes temen que esta acción desemboque en una guerra civil, pero no será así. Katherine está haciendo lo que cree que debe hacer para preservar su mitad de la Mancomunidad. A diferencia de Thomas y su subalterno Sun-Tzu, Katherine es consciente de que la guerra debe ser el último recurso y desea mantener a su reino alejado del conflicto. A diferencia de Thomas y Sun-Tzu, también es consciente de que tiene que estar preparada para retener a los Clanes y, si hacer un trato con el demonio más bueno le permitirá derrotar al más malo, yo no puedo oponerme a ella.
»Thomas, como hombre de estado educado en el gobierno y la filosofía mística de ComStar, no entiende la guerra. Si la entendiera, ordenaría a sus Naves de Descenso que volvieran a la Liga de Mundos Libres, dejaría de respaldar las revoluciones ilegales de la Marca de Sarna, dejaría de proporcionar a Sun-Tzu el equipo y el material necesarios para su invasión y saldría de esta situación lo antes posible.
Víctor tomó aire y sacudió lentamente la cabeza.
—Yo entiendo la guerra. Mi ’Mech fue destrozado conmigo dentro. He visto hombres y mujeres de gran valentía morir a mi lado. He perdido amigos en combate e incluso en períodos de posguerra y lo peor de todo es que he malgastado años de mi vida luchando en el campo, lejos de mi familia, sin poder verlos, sin poder hablar con ellos para un día regresar y enterarme del fallecimiento de mi padre.
»Por lo tanto, no está en mi poder decir que no lucharemos. Como vimos con los Clanes, no podemos rendirnos ni permitir la agresividad. No podemos compensar la agresividad con el consentimiento. Como un niño que tiene que aprender por sí solo que el fuego quema, Thomas ha puesto su mano en el fuego de la guerra y nuestro deber es enseñarle el peligro para que no caiga en la ambición ni vuelva a escribir su audaz filosofía con la sangre de personas inocentes.
Víctor siguió mirando fijamente hacia la cámara de holovídeo.
—Lamentaré las pérdidas que suframos en esta lucha como lamenté la pérdida de mis padres e incluso la de Joshua Marik. Las lamentaré como lamento la pérdida de todos los que pierden sus vidas por la voraz ambición de un hombre que debe mirar más allá de él y sus preocupaciones y ver las de su pueblo. Y combatiré a ese hombre con la esperanza de que algún día, algún día cercano, la sed de ambición deje de saciarse con la sangre.