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El 8 de diciembre de 1940 se presentó el sturmbannführer Eicher y su ayudante Winter -vestidos de paisano, claro está- en Marsella en donde exigieron la extradición de los señores Lesseps y Bergier. Pocas horas después, regresaban a París en donde los dos compradores eran interrogados a fondo.
El 10 de diciembre de 1940, el SD de París transmitía una orden a todas sus oficinas.
Y sucedió el 13 de diciembre de 1940 en una habitación del hotel Lutetia, de París, requisado por los alemanes, y en donde estaban instaladas las oficinas del Abwehr alemán:
El capitán Brenner, de la Sección III, leyó la orden redactada por la organización rival. La leyó superficialmente, luego reveló una expresión de asombro, la leyó por segunda vez..., ahora con mucha mayor atención.
La orden del SD decía que se emprendieran, sin pérdida de tiempo, investigaciones para dar con un tal Pierre Hunebelle. El motivo lo justificaba la orden de un modo muy vago diciendo que «por traición de agentes del SD a las autoridades francesas».
El capitán Brenner volvió a leer: Pierre Hunebelle. Rostro delgado. Ojos oscuros. Pelo negro y corto. Aproximadamente 1.75 de alto. Posee un reloj de repetición de oro que hace sonar con frecuencia. Características especiales: le gusta cocinar.
¡Hum!
Le gusta cocinar.
¡¡Hum!!
El capitán Brenner se frotó la frente. Sí, en cierta ocasión-- en cierta ocasión..., sí, en efecto, un general fue llamado a engaño por alguien a quien le gustaba cocinar. Sí, aquello fue durante la conquista de París. Había un expediente sobre el caso...
Un expediente..., un expediente...
Una hora más tarde, había encontrado el capitán Brenner en el archivo lo que buscaba. Un expediente muy delgado. Pero la memoria no le había engañado al capitán. Allí constaba: Thomas Lieven, alias Jean Leblanc. Aproximadamente 1.75 de alto. Rostro delgado. Ojos oscuros. Pelo negro. Posee un viejo reloj de repetición. Características especiales: apasionado cocinero.
Una fiebre especial dominó al capitán Brenner. Tenía sus contactos personales con el SD. Investigó durante tres días y, finalmente, supo por qué el sturmbannführer Eicher corría tan amargado tras el señor Hunebelle, alias Leblanc, alias Lieven. Con enigmática sonrisa redactó Brenner un comunicado para su jefe...
El almirante Wilhelm Canaris leyó el informe del capitán Brenner en su oficina de Berlín en Tirpitz-Ufer con un regocijo cada vez mayor. La satisfacción que había animado a su subordinado en París le dominaba ahora también a él. ¡Hay que ver los del Servicio de Seguridad, ahora resulta que se dedican a robar a la Francia no ocupada! ¡La cara que va a poner el señor Himmler!
Y el hombre que les había jugado la mala pasada se llamaba Hunebelle, alias Leblanc, alias...
El rostro del almirante cambió de expresión. Volvió a leer el último párrafo. Y lo leyó por tercera vez. Luego, mandó entrar a su secretaria.
—Querida señorita Sistig, tráigame usted el expediente de Thomas Lieven.
Un cuarto de hora más tarde, tenía el expediente delante de sus ojos; en la cubierta había dibujada una gran cruz negra.
Canaris abrió el expediente. Leyó la primera página:
Colonia, 4 de diciembre de 1940
DE: ABWEHR COLONIA
A: JEFE ABWEHR BERLÍN
SECRETO 135.892/VC/40/LV
De regreso de Lisboa..., la muerte del doble agente y traidor Thomas Lieven, alias Jean Leblanc...
Durante largo rato, Canaris permaneció inmóvil. Luego descolgó el auricular. La voz del almirante sonó muy baja, muy velada y muy amenazadora:
—Señorita Sistig, por favor, póngame con el Abwehr de Colonia. El comandante Fritz Loos...