EN CIEN AÑOS, TODOS GORDOS

Uno de los rasgos distintivos de las sociedades avanzadas es sin duda alguna el sobrepeso. No es de extrañar pues que los chinos no destaquen, de momento, por el exceso de kilos. En Europa, del 10% al 20% de la población arrastra la obesidad. Estados Unidos, líder mundial en tantas cosas, lo es también en el ranking de grasa corporal: uno de cada tres americanos está muy por encima de su peso ideal.

Aunque la medicina sigue dándole vueltas al factor genético, los expertos reconocen que el sedentarismo, la pésima dieta y las «comodidades» de la vida moderna tienen una influencia muy directa. En España, unos cuatro millones de personas padecen esta enfermedad encubierta, caldo de cultivo de tantísimas dolencias. Sin llegar a la obesidad, el 40 % de la población anda ya sobrada de kilos, y es que el cambio de la dieta mediterránea a la «atlántica» comienza a hacer estragos, sobre todo entre la población infantil.

Una visita relámpago a Disneylandia bastará para comprobar lo que nos espera: padres e hijos de andar dificultoso, sobradísimos de michelines, devorando vorazmente palomitas con mantequilla, paquetes de «fritos», hamburguesas dobles con queso y gigantescos yogures helados, rematados por una lluvia de golosinas de todos los colores...

La obesidad va camino de convertirse en el problema sanitario número uno en el país de los excesos. Se calcula que todos los años mueren en Estados Unidos unas doscientas cincuenta mil personas por problemas relacionados directa o indirectamente con la falta de ejercicio regular. Pese a los records olímpicos, el 54% de los norteamericanos dedica a lo sumo treinta minutos semanales a la práctica de algún deporte.

La situación es tan preocupante que, en vísperas de los Juegos de Atlanta, el vicepresidente Al Gore tuvo que ponerse el chándal y predicar con el ejemplo. Campaña nacional contra el sedentarismo: se recomienda encarecidamente a los americanos que pasen la aspiradora por la alfombra, que laven el coche a mano, que frieguen de cuando en cuando los platos, que saquen a pasear el perro...

Ni por ésas. La proporción de obesos sigue aumentando espectacularmente y se calcula que a finales de siglo rondará el 40%. El doctor John Foreyt, de la Escuela de Medicina Baylor (Texas), realizó una curiosa proyección en el tiempo: de seguir a este ritmo, el 100% de la población será obesa allá por el año 2230.

Y todo a pesar de los seis billones de pesetas que los americanos se gastan todos los años en productos que, en teoría, no engordan o «ayudan a no engordar». El camelo de lo light, especialmente en bebidas refrescantes, se ha convertido en el negocio más chispeante e impalpable de los noventa.

Sólo en un país tan contradictorio como éste pueden convivir asociaciones como Avance y Aceptación de los Gordos, que propugna la absoluta indulgencia, o los Vigilantes del Peso, empeñados en controlar policialmente hasta la última caloría. Sólo aquí se concibe la comercialización de un aceite «milagroso» sin grasa (olestra) o la guerra a muerte entre los fabricantes de píldoras adelgazantes por conquistar un mercado que mueve ciento veinte mil millones de pesetas al año.

En el año 1996 se anunció con altavoces el descubrimiento de una píldora mágica, el Redux: «primer supresor del apetito sin contraindicaciones». Un año después, las autoridades sanitarias americanas dieron la voz de alarma y ordenaron su retirada inmediata al descubrir que la dexfenfluramina —su nombre científico— podía causar graves hipertensiones y cardiópatas. ¿Quién paga los daños?

Los obesos, claro. Por si no tuvieran bastante con capear la presión social, también han de sufrir en sus corazones y en sus carnes los efectos perniciosos de las batallas comerciales que se libran a su costa. Adiós píldora mágica. Adiós dictas milagrosas (en el 95 % de los casos no funcionan). Bienvenidos sean de nuevo los viejos remedios: comida sana y equilibrada —rica en fibras, pobre en grasas— y media hora de ejercicio físico todos los días. «Así se reduce el riesgo de sufrir enfermedades crónicas y se contribuye además a mantener una mejor calidad de vida». Firmado: Centro de Control y Prevención de las Enfermedades de Atlanta.

La vida simple
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
sec_0060.xhtml
sec_0061.xhtml
sec_0062.xhtml
sec_0063.xhtml
sec_0064.xhtml
sec_0065.xhtml
sec_0066.xhtml
sec_0067.xhtml
sec_0068.xhtml
sec_0069.xhtml
sec_0070.xhtml
sec_0071.xhtml
sec_0072.xhtml
sec_0073.xhtml
sec_0074.xhtml
sec_0075.xhtml
sec_0076.xhtml
sec_0077.xhtml
sec_0078.xhtml
sec_0079.xhtml
sec_0080.xhtml
sec_0081.xhtml
sec_0082.xhtml
sec_0083.xhtml
sec_0084.xhtml
sec_0085.xhtml
sec_0086.xhtml
sec_0087.xhtml
sec_0088.xhtml
sec_0089.xhtml
sec_0090.xhtml
sec_0091.xhtml
sec_0092.xhtml
sec_0093.xhtml
sec_0094.xhtml
sec_0095.xhtml
sec_0096.xhtml
sec_0097.xhtml
sec_0098.xhtml
sec_0099.xhtml
sec_0100.xhtml
sec_0101.xhtml
sec_0102.xhtml
sec_0103.xhtml
sec_0104.xhtml
sec_0105.xhtml
sec_0106.xhtml
sec_0107.xhtml
sec_0108.xhtml
sec_0109.xhtml
sec_0110.xhtml
sec_0111.xhtml
sec_0112.xhtml
sec_0113.xhtml
sec_0114.xhtml
sec_0115.xhtml
sec_0116.xhtml
sec_0117.xhtml
sec_0118.xhtml
sec_0119.xhtml
sec_0120.xhtml
sec_0121.xhtml
sec_0122.xhtml
sec_0123.xhtml
sec_0124.xhtml
sec_0125.xhtml
sec_0126.xhtml
sec_0127.xhtml