DIEZ SUGERENCIAS...
PARA
«DEFENDERSE» DE LA PUBLICIDAD
Una pequeña dosis de publicidad es hasta cierto punto necesaria. Pero poco a poco, conforme los anunciantes van sofisticando sus estrategias para inmiscuirse en nuestra vida privada y contaminar nuestra integridad mental, conviene levantar barreras. Para mitigar sus efectos, podemos adoptar algunas medidas de «autodefensa»:
• Vea menos televisión; reducirá automáticamente su exposición a los anuncios.
• Desconfíe de los reclamos al estilo de «Anunciado en televisión».
• Huya de las marcas que se anuncian a todas horas. Pruebe con las menos conocidas.
• No compre productos que utilizan a famosos como reclamo (una parte de lo que usted pague irá por cuenta de su millonario contrato publicitario).
• Compre las revistas por su contenido y no por sus apariencias. Desconfíe de las publicaciones que tengan más publicidad que información.
• Lea el periódico con mayor capacidad crítica (aprenda a discernir entre la información real y la propaganda encubierta).
• Apueste por las publicaciones y las radios alternativas. Involúcrese más en lo que pasa en su barrio y conozca mejor la oferta comercial en su entorno inmediato.
• Tire directamente a la basura los catálogos de venta por correo que le lleguen sin usted haberlos pedido (contacte con la Asociación Española de Marketing Directo para exigir que su nombre desaparezca de los listados de venta por correo).
• Cuelgue instantáneamente cuando intenten venderle algo por teléfono.
• Exija a su Ayuntamiento la creación de «zonas libres de publicidad». No permita que los parques, las calles y el mobiliario urbano se inunden de reclamos publicitarios.