GLOSARIO
ala: (plural alae). «Ala», cada una de las unidades militares equivalentes a la legión —aunque con más caballería— con que tenían que contribuir a la guerra los aliados de Roma. Cada ejército solía llevar el mismo número de unidades aliadas —también conocidas como «auxiliares»— que de legiones.
aqua: agua. Término usado para referirse a los acueductos.
AUGUR: en sentido genérico, «adivino». En uso más específico, miembro del colegio de adivinos fundado por Numa Pompilio. Los augures empezaron siendo tres y llegaron a ser dieciséis a finales de la República. En su origen, eran etruscos, y estudiaban los cielos desde el Auguráculo, un templete situado en el monte Capitolio junto al templo de Júpiter.
AUSPICIO: etimológicamente, «contemplación de aves». El término se extendió pronto al estudio de cualquier señal de la voluntad de los dioses: truenos o rayos, estrellas fugaces, incluso el hambre o inapetencia de los pollos sagrados. Los magistrados más importantes, como los cónsules, tenían la atribución de tomar los auspicios públicamente; es decir, consultar la voluntad de los dioses para saber si aprobaban o no cualquier acción emprendida en nombre de la ciudad. Una forma de tomar los auspicios antes de la batalla consistía en sacrificar un buey y examinar sus vísceras. Si su aspecto no era satisfactorio, se seguía sacrificando hasta conseguir un auspicio favorable, lo que significaba que los dioses, por fin, daban su aprobación.
BOYOS: tribu gala que desde el año 400 ocupaba tierras en el valle del Po.
CALENDARIO: el calendario romano era lunar. Su adaptación al año solar rechinaba bastante, por lo que cada cierto tiempo había que incluir meses intercalares. En época de Julio César, el desfase entre el calendario romano y el astronómico era tal que hubo que añadir ochenta días más para ajustarlo. El orden de los meses era: Martius, Aprilis, Maius, Iunius, Quintilis, Sextilis, September, November, December, Ianuarius y Februarius. A partir del año 153 a.C., el primer mes del año pasó a ser Ianuarius, «enero». Más tarde, Quintilis fue rebautizado como «julio» en honor de Julio César y Sextilis como «agosto» por Augusto. Dentro de cada mes había tres fechas señaladas: las calendas, el primer día; los idus, el día 13 o 15, según los meses; y las nonas, el noveno día anterior a los idus.
CAMPO DE MARTE: gran explanada situada entre el recinto de la ciudad y la curva del Tíber. En ella se realizaban ejercicios militares, se reunían los comicios centuriados y se procedía al alistamiento de los ciudadanos para las legiones. En general, eran actividades relacionadas con Marte, dios de la guerra, que se llevaban a cabo extramuros, ya que dentro de Roma estaba prohibido llevar armas.
castra: término neutro plural que designa un campamento militar. Los romanos eran particularmente metódicos construyendo sus campamentos. Los que utilizaban para pasar el invierno lejos de Roma eran auténticas ciudades rodeadas por muros de piedra. Pero también los que servían para unas pocas noches, o incluso para una sola, se construían con todo cuidado, siguiendo una pauta preestablecida de calles que se cruzaban en ángulo recto, y se protegían con una empalizada que se alzaba sobre un terraplén —agger— rodeado por un foso. Un buen campamento era muy importante en cualquier campaña: significaba que antes de la batalla las tropas salían descansadas, alimentadas y en orden y que, si las cosas se ponían mal en el combate, disponían de un sitio fortificado al que retirarse.
CENSOR: magistrado que se encargaba de realizar el censo cada cinco años, inscribiendo a cada ciudadano según su fortuna. El censo determinaba en qué tribu, clase y centuria votaba cada ciudadano, y también si debía servir en la caballería, la infantería pesada o la ligera. Los censores eran dos y su cargo duraba dieciocho meses. También actuaban como vigilantes de la moralidad pública y decidían quiénes podían formar parte del senado y quiénes eran expulsados: de ahí proviene nuestro término «censura». Además, se encargaban de las contratas y las obras públicas, como las calzadas y los acueductos. Normalmente sólo se nombraba como censores a excónsules. El cargo de censor, por tanto, suponía el máximo honor para un romano y la culminación de su carrera política.
CENTURIA: literalmente, un grupo de cien hombres. El término designaba a la unidad mínima de la legión romana, equivalente más o menos a una compañía, y también a cada uno de los grupos que componían la asamblea conocida como comitia centuriata o comicios por centurias. La relación no es casual, ya que estos comicios representaban un modelo de democracia ancestral, la del pueblo en armas.
Sin embargo, el número de miembros de cada centuria no tardó en variar. En el ejército, cuando la única legión de los primeros tiempos se dividió en dos, el número de soldados se redujo a unos sesenta hombres. En los comitia centuriata, las centurias de las clases más adineradas tenían menos miembros que las de las clases más bajas. Conforme se descendía en la escala social aumentaba el número de ciudadanos inscritos en cada centuria, hasta llegar a la última, la de los proletarios o capite censi, que contaba con miles de personas y un solo voto.
CENTURIÓN: oficial al mando de una centuria. Hasta las reformas de Mario, a finales del siglo II, los centuriones no eran profesionales en sentido estricto. Sin embargo, cuando un soldado destacaba por sus virtudes militares y los tribunos y cónsules decidían nombrarlo centurión, era habitual que volviese a ser elegido en campañas posteriores con el mismo grado. Eso convertía al centurión en lo más parecido a un oficial profesional que había en la Roma republicana. Dentro de los centuriones existían gradaciones, según pertenecieran a los hastati, los principes y los triarii. Como en cada manípulo había dos centurias, el centurión de mayor rango era el más veterano.
CIUDADANÍA: cualidad de ciudadano o civis Romanus. Un ciudadano romano completo poseía derechos civiles y políticos. Entre los primeros estaban el ius commercii, derecho a la propiedad y a firmar contratos, y el ius connubii, derecho a casarse legalmente. Entre los segundos, el ius suffragii, derecho a votar en las asambleas, y el ius honorum, derecho a ser elegido para los cargos públicos. Asimismo, un ciudadano romano tenía derecho a la provocatio o apelación ante las asambleas del pueblo cuando se consideraba perjudicado por la actuación de un magistrado, sobre todo si esa actuación acarreaba penas de destierro o muerte. A cambio, todo ciudadano tenía la obligación de empuñar las armas si los tribunos o el cónsul lo elegían para el servicio militar, y también debía pagar tributos en determinadas circunstancias.
Los habitantes de las ciudades que fueron cayendo bajo la influencia de Roma poseían grados de ciudadanía variables, con más o menos derechos. Pero los romanos, a diferencia de otras sociedades antiguas, tendieron a extender su ciudadanía cada vez a más gente: esa tendencia culminó en el año 212 d.C. cuando el emperador Caracalla concedió la ciudadanía a todos los habitantes libres del Imperio.
cognomen: tercer nombre de un ciudadano romano. El cognomen servía para diferenciar ramas familiares dentro de cada linaje o gens. Normalmente, tenía que ver con un atributo físico como Estrabón, «bizco», Rufo, «pelirrojo» o César, «velludo». También podía conseguirse un cognomen por proezas militares, como Torcuato, «el que ganó una torques», Africano por vencer en África, Asiático por triunfar en una campaña en Asia, etc. Había algunos romanos que se ganaron el cognomen no por una hazaña, sino por una pifia, como el cónsul Cneo Pompeyo que perdió una batalla naval y fue capturado por los cartagineses, lo que le valió el sobrenombre de Asina, «burra».
comitia: comicios, término genérico para las asambleas populares.
comitia centuriata: comicios por centurias. Asamblea del pueblo romano. En origen, cada centuria debió de tener cien miembros, pero esto no tardó en cambiar. Cada ciudadano era inscrito en las centurias según la clase a la que pertenecía, y cada una de esas cinco clases se determinaba según sus propiedades. Existían ciento noventa y tres centurias, organizadas de tal manera que las de los equites o caballeros y las de la primera clase se bastaban para conseguir la mayoría absoluta en cada votación. Eso se debía a que cada centuria emitía un solo voto, independientemente de los ciudadanos que formaran parte de ella: los cien miembros de una centuria de equites contaban tanto como los miles que se aglomeraban en la última centuria, la de los sin clase, proletarios o capite censi.
Los comicios por centurias elegían a los principales magistrados: pretores, cónsules y censores. También eran soberanos para aprobar las declaraciones de guerra y los tratados de paz.
comitia tributa: comicios por tribus. Asamblea del pueblo romano organizada en treinta y cinco tribus, cuatro de ellas urbanas y las demás rurales. Al igual que ocurría en los comicios centuriados, cada tribu tenía un solo voto. El sistema, bastante complicado, estaba organizado de tal manera que los miembros de las clases más humildes se aglomeraban en unas pocas tribus y las votaciones solían favorecer a los más ricos. Los comitia tributa elegían a los magistrados inferiores.
concilium plebis: asamblea de la plebe. En ella, los plebeyos elegían a sus magistrados, los tribunos de la plebe y los ediles plebeyos. También votaban decretos conocidos como «plebiscitos». Al principio estos plebiscitos tan sólo se aplicaban a los plebeyos, pero con el tiempo se extendieron a todos los demás y se convirtieron en leyes válidas. A partir de cierta época, no queda muy clara la distinción entre la asamblea de la plebe y los comicios por tribus.
CÓNSUL: magistrado supremo de la República. Se nombraban dos cónsules para evitar que una sola persona acaparara el poder. Los elegían los comicios centuriados a principios del año civil, y dicho año era conocido desde ese momento por el nombre de los dos cónsules.
Los cónsules poseían atribuciones políticas —convocar al senado y a los comicios, presentar propuestas de ley— y, sobre todo, militares: básicamente, su función era mandar los ejércitos. Al principio lo hacían por turnos, o un cónsul se quedaba en la ciudad y otro salía de campaña. Cuando Roma empezó a combatir contra más enemigos, ambos cónsules marchaban a la guerra, normalmente en escenarios separados y a veces uniendo sus tropas para formar ejércitos consulares dobles. La misión bélica de cada cónsul le era encomendada por el senado y podía prorrogarse una vez terminado el consulado si se juzgaba necesario: el magistrado actuaba entonces como «procónsul», o «en lugar del cónsul».
Para ser cónsul había que pasar antes por las magistraturas inferiores —edil, cuestor y pretor—. Con el tiempo se estableció una edad mínima de cuarenta y dos años para alcanzar el cargo. Al principio, hubo ciudadanos que desempeñaron el consulado muchas veces. Más tarde se establecieron limitaciones: sólo se podía ser cónsul dos veces, y dejando un intervalo mínimo de diez años entre los dos nombramientos.
Como muestra de que el cónsul poseía imperium, lo acompañaban doce lictores. Fuera de la ciudad, los lictores metían un hacha dentro de sus fasces y podían ejecutar la pena de muerte si así se lo ordenaba el cónsul.
CONSULAR: aplicado a un ejército, aquel que se hallaba bajo las órdenes de un cónsul. Normalmente constaba de dos legiones y dos alae de aliados, aunque a veces, como en Cannas, este número podía duplicarse. Aplicado a un ciudadano, aquel que había desempeñado el cargo de cónsul, lo que lo convertía en miembro del grupo más distinguido dentro del senado y, por tanto, de la propia Roma.
CUESTOR: magistrado elegido por los comitia tributa, que se encargaba del erario público, los impuestos, las confiscaciones, las ventas públicas y las multas. En general, los cuestores controlaban las finanzas y llevaban registro de ellas. Empezaron siendo dos, y en el siglo I a.C., conforme las necesidades administrativas de la República crecieron, llegaron a ser veinte. El cargo de cuestor era el primer peldaño del cursus honorum.
cursus honorum: «carrera de los honores», orden en el que se desempeñaban las magistraturas. En los primeros tiempos de la República todo era más caótico, y había nobles que servían como pretores después de haber sido cónsules, por ejemplo. Más tarde se fue regulando el sistema, e incluso se establecieron edades mínimas para poder presentarse a cada cargo. Para empezar el cursus honorum, había que servir en el ejército al menos en diez campañas. Ser nombrado tribuno militar no era obligatorio, pero sí conveniente para empezar una carrera política. Lo mismo ocurría con el cargo de tribuno de la plebe, siempre que uno fuera plebeyo.
El orden era: edil, cuestor, pretor y cónsul. Normalmente, los censores eran también excónsules, así que la censura formaba parte en cierto modo del cursus honorum.
CURUL: adjetivo aplicado a la silla plegable que utilizaban los magistrados con imperium como símbolo de su poder. Por extensión, se llamaba magistrados curules a los que tenían derecho a esa silla: los cónsules, los pretores y dos de los ediles, los llamados precisamente «ediles curules».
DECENVIRO: miembro de una comisión formada por diez hombres. Por ejemplo, fueron decenviros los que redactaron el código de las Doce Tablas. También eran decenviros quienes consultaban los libros sibilinos, y en ocasiones el senado nombraba decenviros para inspeccionar las actuaciones de otros magistrados: así ocurrió en el año 204 con Cneo Cornelio Escipión en Sicilia.
devotio: sacrificio en que una persona se ofrece a sí misma a los dioses infernales.
DICTADOR: magistrado al que se concedían poderes extraordinarios en situaciones de emergencia. El senado decidía cuándo era necesario nombrar un dictador, y uno de los cónsules lo elegía entre quienes hubieran sido antes magistrados superiores. Todos los demás cargos quedaban subordinados al dictador durante los seis meses de su mandato. El dictador, a su vez, nombraba como lugarteniente un magister equitum o jefe de la caballería. En origen, la razón fue un tabú religioso: el dictador no podía montar a caballo. Como muestra externa de su poder, el dictador llevaba veinticuatro lictores, el doble que un cónsul.
ECUOS: pueblo italiano que habitaba en las montañas al noroeste de Roma y se enfrentó con los romanos sobre todo durante el siglo V. A finales del siglo IV fueron aplastados durante la Segunda Guerra Samnita, y su territorio fue absorbido por Roma.
EDIL: magistrado romano de rango superior al cuestor e inferior al pretor. Los ediles tenían a su cargo cuestiones prácticas relacionadas con el gobierno municipal: provisión de alimentos, suministro de agua, limpieza de las calles, cuidado de los edificios públicos, orden en los mercados —donde controlaban los pesos y medidas—, funcionamiento de los baños y los burdeles. También se encargaban de organizar los juegos. Ésta era una buena ocasión para lucirse, incluso invirtiendo dinero propio, y ganar votos para seguir adelante en el cursus honorum. Dentro de los ediles existían diferencias: dos eran curules, es decir, con derecho a silla curul, los elegían los comicios por tribus y podían ser patricios o plebeyos (al principio sólo eran patricios). Los otros dos eran los ediles plebeyos y los elegía el concilium plebis o asamblea de la plebe.
EPÓNIMO: que da nombre al año. En Roma, los magistrados epónimos eran los dos cónsules. Así se decía, por ejemplo, «en el año del consulado de Fabio Máximo y Publio Decio Mus» para referirse al año 295 a.C.
fasces: haces de varas de abedul atadas con correas rojas que llevaban los lictores. Con ellos podían azotar a quienes desobedecieran al cónsul o a otros magistrados con imperium. Fuera de la ciudad los lictores introducían un hacha entre las varas, pues los cónsules tenían la potestad de ordenar la pena de muerte.
FORO: plaza pública de Roma. El Foro primitivo era el valle pantanoso que se hallaba entre los montes Palatino, Capitolio y Quirinal. Tras ser desecado y drenado con la Cloaca Máxima, empezaron a construirse en él templos y otros edificios públicos. Era al mismo tiempo un mercado y un centro donde se celebraban reuniones políticas. Con el tiempo, se amplió, y a partir de la época imperial se construyeron otros foros.
GALIA: territorio llamado así por los galos, el pueblo celta que poblaba su mayor parte. Nosotros solemos identificar Galia con la actual Francia. Ésa era, en realidad, la Galia Transalpina, «más allá de los Alpes», cuya conquista no empezó hasta la segunda mitad del siglo II a.C. y culminó con Julio César. Para los romanos existía también la Galia Cisalpina, «a este lado de los Alpes», que se correspondía con el gran valle del Po, situado entre los Alpes y los Apeninos. Allí se establecieron varias tribus galas como los senones, los insubres o los boyos, desde el año 400. A partir de finales del siglo III, la Galia Cisalpina fue sometida por los romanos, que acabaron uniéndola a Italia en el siglo I.
gens: conjunto de familias que forman un linaje que desciende de un antepasado común. Esos ancestros daban su nombre a la gens, y todos los miembros de ésta lo compartían. Así, los varones de la gens Cornelia tenían Cornelio como nomen o segundo nombre, y las mujeres Cornelia. Para distinguir las diversas ramas dentro de cada gens se utilizaba el cognomen. Por ejemplo, dentro de la gens Claudia estaban los Nerones, los Pulcros o los Sabinos, que eran ramas patricias, o los Marcelos y Centumalos, que eran plebeyos.
gladius: espada.
hastati: astados, soldados más jóvenes que combatían en los manípulos de la primera línea de la legión. El término procede de hasta, «lanza», y es un residuo de la época en que la legión combatía como una falange cerrada. En realidad, los hastati no usaban la hasta, sino el pilum, una jabalina que arrojaban antes de desenvainar la espada y combatir cuerpo a cuerpo.
homo novus: «hombre nuevo». Se dice del ciudadano romano que alcanzaba el consulado sin pertenecer a la nobilitas; es decir, sin tener antepasados que hubiesen sido consules antes que él.
ILIRIA: región situada en la parte oeste de la península balcánica, que comprendía más o menos los territorios de la antigua Yugoslavia.
imperium: poder de impartir órdenes y exigir su ejecución. Era propio de los magistrados superiores —cónsules, pretores y dictador—, y se distinguía el que se ejercía en Roma, domi, y en campaña militar, militiae, donde los magistrados tenían el poder de imponer la pena de muerte. El imperium también abarcaba otras prerrogativas: derecho a tomar los auspicios, a juzgar casos civiles y criminales, a convocar y presidir el senado y a reunir los comicios para hacer votar a los ciudadanos.
INSUBRES: tribu gala que desde el siglo IV ocupaba tierras en el valle del Po.
interrex: magistrado nombrado para consultar los auspicios cuando el rey fallecía. En la República, se nombraba un interrex cuando ambos cónsules morían o quedaban incapacitados.
ius: derecho. Por ejemplo, ius suffragii, «derecho a votar», o ius connubii, «derecho a matrimonio legítimo».
LARES: dioses guardianes del hogar.
LEGIÓN: cada legión era un ejército completo en sí. De hecho, el término legio, «selección», se refería en época de los reyes a todo el ejército de Roma. A partir del siglo IV, la legión constaba de diez manípulos de hastati, diez de principes y diez de triarii. A éstos se le sumaban unos mil doscientos velites de infantería ligera y trescientos jinetes, hasta llegar a unos cuatro mil quinientos hombres. Sin embargo, en ciertas ocasiones se inflaban los efectivos de una legión hasta seis mil soldados.
Salvo excepciones como las legiones Cannenses, las legiones no eran permanentes, y se movilizaban y se licenciaban cada año. Esto cambió cuando las reformas de Mario profesionalizaron el ejército. Fue Mario también quien, según se cree, unificó el águila como estandarte para todas las legiones, pues antes también usaban otros animales como el toro, el jabalí o el lobo.
lex: ley.
LIBERTO: esclavo liberado.
lictores: oficiales que escoltaban a los magistrados con imperium. Los lictores, hombres libres —a menudo, esclavos manumitidos—, llevaban al hombro las fasces, símbolo de su oficio.
LUSTRO: ritual de purificación que se llevaba a cabo cada cinco años en el Campo de Marte cuando se terminaba el censo.
magister equitum: jefe de la caballería, magistrado subordinado al dictador.
MAGISTRADO: persona nombrada para un cargo público.
MANES: espíritus de los antepasados. En puridad, eran manes aquellos con los que se estaba en paz gracias a que se habían cumplido los rituales debidos: entierro, funerales, ofrendas, etc. Los espíritus de los que no habían sido debidamente enterrados o de los criminales eran conocidos como «larvas» y «lémures» y atormentaban a los vivos.
MANÍPULO: unidad táctica mínima de la legión tras la reforma de Camilo y hasta la reforma de Mario. Un manípulo constaba de dos centurias, es decir, unos ciento veinte hombres, y lo mandaba el centurión más veterano de los dos que había. Los manípulos de triarii tenían menos soldados, unos sesenta.
nobiles: «nobles». Cuando la distinción entre patricios y plebeyos perdió importancia, surgió una nueva élite, la nobilitas o «nobleza», formada por aquellas familias que contaban entre sus antepasados con antiguos cónsules.
nomen: segundo nombre de un romano, similar a nuestro primer apellido. En realidad, el nomen se refería a una gens, un gran linaje o conjunto de familias, y para precisar a qué rama familiar en concreto pertenecía cada individuo se recurría al cognomen. Por ejemplo, en la gens Cornelia y en la rama Escipión tendríamos a Cneo Cornelio Escipión y Publio Cornelio Escipión. Las mujeres recibían el nombre de la gens, en este caso Cornelia. Como eso originaba muchas confusiones, se utilizaban para ellas otros apodos, diminutivos o números de orden.
optio: oficial de cada centuria subordinado al centurión. El plural es optiones.
paterfamilias: jefe de la familia. El paterfamilias era dueño de todo lo que contenía su casa, incluyendo no sólo las posesiones materiales sino las personas: su esposa —salvo en matrimonios sine manu, donde la mujer seguía dependiendo de su propio padre—, sus hijos y, por supuesto, los esclavos, que también formaban parte de la familia. Como tal dueño, el paterfamilias poseía ius vitae necisque, «derecho de vida y muerte», e incluso podía vender a sus hijos como esclavos. Con el tiempo, este poder absoluto se fue moderando.
PATRICIOS: miembros de las familias que se decían descendientes de los primeros fundadores de Roma. Durante los primeros tiempos de la República, los patricios acapararon los puestos políticos y religiosos. El término se usa por oposición a «plebeyos».
PENATES: dioses del hogar y, sobre todo, de la despensa.
pilum: (el plural es pila, terminado en –a como el de todos los sustantivos neutros). Jabalina típica de los legionarios romanos, formada por un asta de madera y una larga vara de hierro terminada en punta piramidal.
PLEBEYOS: por oposición, todos aquellos que no eran patricios. A partir del siglo V, los plebeyos sostuvieron una larga lucha para conseguir los mismos derechos que los patricios, y los más adinerados de ellos fueron alcanzando poco a poco todas las magistraturas.
pontifex: pontífice, miembro de un colegio de sacerdotes presidido por el pontifex maximus o pontífice máximo. Los pontífices velaban por la ciudad, consagraban templos y edificios públicos y determinaban en qué días se podía hacer negocios o celebrar asambleas.
praenomen: nombre de pila. Los praenomina más utilizados no llegaban a veinte. Entre ellos estaban Apio, Cayo, Cneo, Décimo, Lucio, Marco, Numerio, Publio, Quinto, Tiberio o Tito.
PRETOR: magistrado inmediatamente inferior en el escalafón al cónsul. El cargo se creó en el año 367 con la función principal de administrar justicia. Al principio había un solo pretor, pero luego su número aumentó, hasta llegar a dieciséis en tiempos de Julio César. Los pretores poseían imperium, podían convocar el senado y los comicios y mandar ejércitos.
princeps senatus: «príncipe del senado». Cargo honorífico que ostentaba el senador con más prestigio de la curia. Normalmente era el más veterano entre los excónsules, y lo habitual era que también hubiese sido censor. El princeps senatus era el primero en hablar después del magistrado que había convocado la reunión del senado, y sus palabras poseían una gran autoridad moral.
principes: príncipes, soldados con cierta experiencia que formaban en los manípulos de la segunda línea de la legión. Su armamento era igual que el de los hastati, aunque a menudo de mejor calidad.
PROCÓNSUL: magistrado al que se prorrogaba el imperium para que pudiese terminar una campaña militar ya empezada o para gobernar una provincia. Un procónsul no era cónsul, sino que actuaba en lugar del cónsul y sólo en el territorio determinado por el senado. Su mandato no duraba un año, sino el tiempo necesario para terminar las operaciones militares o hasta que el senado decidía otra cosa.
PROVINCIA: territorio fuera de Italia encomendado al gobierno de un magistrado. Una vez que un territorio se convertía en provincia, se consideraba propiedad del pueblo romano.
QUÍRITES: término tradicional para los ciudadanos romanos, usado sobre todo en fórmulas rituales.
SABINOS: pueblo vecino de los romanos. Según la tradición, los romanos raptaron a sus mujeres y luego Rómulo pactó la fusión de ambos pueblos con su rey, Tito Tacio.
SAMNITAS: confederación de cuatro tribus —caracenos, caudinos, hirpinos y pentros— que habitaban el Samnio, en el centro y sur de los Apeninos. Los romanos sostuvieron tres largas guerras contra ellos entre los años 343 y 290, antes de anexionarse finalmente su territorio.
SENADO: consejo de ciudadanos distinguidos que en tiempos de la República contaba con unos trescientos miembros. Su función era deliberar y emitir senadoconsultos, proposiciones que no eran leyes, pero que por la auctoritas o fuerza moral de la propia institución solían ser obedecidas. Además, el senado trataba con los embajadores extranjeros y decidía qué provincias y mandos militares se otorgaban a los cónsules y otros magistrados. Normalmente, el puesto de senador era vitalicio, aunque se podía perder de forma infamante si así lo decidían los censores.
SENONES: tribu gala que saqueó Roma en el año 387. Después siguieron ocupando tierras en el valle del Po.
socii: aliados. (El singular es socius).
TOGA: prenda típica de los ciudadanos romanos. Como cualquier otro manto, se llevaba normalmente sobre la túnica. Era de lana blanca, empezó siendo rectangular y después tomó forma de semicírculo. Por su gran tamaño —medía más de dos metros de altura y podía llegar a los seis metros de longitud—, había que ajustarla con mucho cuidado alrededor del cuerpo para que cayera con gracia, formando unos pliegues elegantes.
Existían diversos tipos de toga. Los candidatos a una magistratura se llamaban así porque llevaban la toga candida, una prenda tan blanqueada que llamaba la atención. La toga praetexta tenía una banda púrpura en el borde y la vestían los niños hasta los dieciséis años —lógicamente, en ceremonias—, y también los magistrados curules. La toga virilis que se ponían los ciudadanos adultos no llevaba estas bandas y era de color más crudo que la candida. El general que celebraba un triunfo tenía derecho a llevar la toga picta, toda teñida de púrpura y con adornos dorados.
triarii: triarios, soldados veteranos que formaban en los manípulos de la tercera línea de la legión. Sólo entraban en combate en caso de extrema necesidad, de donde provenía la expresión Res ad triarios venit, «la cosa llegó hasta los triarios», para referirse a una situación muy apurada. En lugar de pilum, llevaban una lanza larga no arrojadiza.
TRIBUNO DE LA PLEBE: magistrado que representaba a los plebeyos y defendía sus intereses. Llegó a haber hasta diez tribunos, elegidos por las asambleas de la plebe. Podían convocar y presidir estas mismas asambleas y, sobre todo, podían vetar las decisiones de otros magistrados si las consideraban dañinas para los plebeyos. La persona de cada tribuno era sagrada dentro de los límites de la ciudad.
TRIBUNO MILITAR: cada uno de los seis oficiales de alto rango de una legión, subordinados al cónsul. No tenían unidades específicas a sus órdenes, sino que tomaban el mando de la legión entera por turnos o bien se encargaban de misiones concretas encomendadas por el general. Durante el siglo IV hubo muchos años en que no se nombraron dos cónsules, sino cuatro, seis y hasta ocho tribunos militares con poderes consulares.
TRIUNFO: desfile solemne de varios días con que se honraba a los generales que hubiesen conseguido grandes victorias sobre pueblos enemigos, siempre que se cumplieran determinadas condiciones: que se tratara de una guerra declarada, que el general en cuestión fuese un magistrado superior, que hubiese matado al menos a cinco mil enemigos y que con ello ampliase el territorio romano.
velites: soldados de infantería ligera de la legión. Eran velites los ciudadanos que no tenían dinero para pagarse las armas de un legionario y, en ocasiones, los más jóvenes que luego se convertían en hastati.
VESTALES: seis sacerdotisas consagradas a la diosa Vesta, que protegían el fuego sagrado de la ciudad de Roma. Se alojaban en un templo circular situado en el Foro, y debían permanecer vírgenes durante los treinta años de su servicio. De lo contrario, eran enterradas vivas. Aunque no poseían poder político, su prestigio era enorme y se las honraba con diversos privilegios, como el de no apartarse al paso de los lictores que escoltaban al cónsul.
virtus: la traducción más normal es «virtud», pero para los romanos se refería sobre todo al valor guerrero. La raíz es la misma de vir, «varón», pues se consideraba un atributo masculino.
VOLSCOS: pueblo italiano que ocupaba las alturas y la llanura al suroeste de Roma. Combatieron contra los romanos en muchas ocasiones durante el siglo V, a menudo aliados con los ecuos.