11
—¿Qué ha desayunado esta mañana? —preguntó Alex.
—Ese truco es muy viejo —tronó la voz de su padre en el teléfono.
—¿Te parece divertido?
—Tendría que haberte advertido. Pearson solo inicia su alegato de dos maneras cuando interroga a un testigo de la defensa. Cuando era un abogado joven, llegó a la conclusión de que solo el juez estaría familiarizado con ellas, pero resultan una completa sorpresa para un testigo confiado, y no digamos para el jurado.
—¿Cuál es la otra? —preguntó Alex.
—¿Cuál es el nombre de la segunda calle a la izquierda cuando sale de su casa para ir al trabajo por la mañana? Pocos testigos logran acertar, como sé por propia experiencia. Sospecho que Pearson recorre las calles cercanas al hogar del acusado la noche antes de interrogarlo. Apuesto a que en este momento le encontrarías rondando por el East End.
Alex se hundió en su butaca.
—Bien, ya me advertiste de que no subestimara a ese hombre.
Sir Matthew tardó en contestar. Cuando volvió a hablar, sacó a colación una cuestión en la que Alex no había pensado.
—¿Vas a llamar a Cartwright al estrado?
—Por supuesto —dijo Alex—. ¿Por qué no iba a hacerlo?
—Porque es el único elemento sorpresa que te queda. Pearson espera que Cartwright esté en el estrado lo que resta de semana, pero si cierras el caso mañana por la mañana sin previo aviso, le pillarás a contrapié. Ha dado por sentado que interrogará a Cartwright hacia finales de la semana, tal vez incluso la semana que viene, no que deba resumir sus conclusiones mañana por la mañana.
—Pero si Cartwright no presta declaración, el jurado pensara lo peor.
—La ley es muy clara en ese punto —replicó el padre de Alex—. El juez explicará con detalle que es prerrogativa del acusado decidir si desea prestar declaración como testigo, y que el jurado no debe extraer conclusiones precipitadas basadas en esa decisión.
—Pero siempre lo hacen, tal como me has advertido muchas veces.
—Tal vez, pero uno o dos miembros del jurado habrán caído en la cuenta de que no leyó el artículo de la Bethnal Green and Bow Gazette, y habrán supuesto que le has aconsejado no enfrentarse a Pearson, sobre todo después del interrogatorio al que sometió a su prometida.
—Cartwright es tan listo como Pearson —dijo Alex—. Solo le falta cultura.
—Pero has comentado que pierde los estribos con facilidad.
—Solo cuando alguien ataca a Beth.
—En ese caso, puedes estar seguro de que, en cuanto Cartwright suba al estrado, Pearson seguirá atacando a Beth hasta que el chico estalle.
—Pero Cartwright no tiene antecedentes criminales, ha trabajado desde el día que salió de la escuela y estaba a punto de casarse con su novia de toda la vida, que encima está embarazada.
—Ahora sabemos las cuatro cuestiones que Pearson no utilizará en el interrogatorio, pero te aseguro que interrogará a Cartwright sobre el incidente del patio de recreo en su adolescencia, y recordará continuamente al jurado que había un cuchillo de por medio, y que su novia acudió en su ayuda.
—Bien, si ese es mi único problema… —empezó Alex.
—No lo será, te lo prometo —insistió su padre—. Puesto que Pearson ha sacado a relucir la pelea con cuchillo del patio de recreo cuando interrogó a Beth Wilson, no te quepa ninguna duda de que tiene una o dos sorpresas más preparadas para Danny Cartwright.
—¿Como cuáles?
—No tengo ni idea —dijo sir Matthew—, pero si le llamas al estrado, no me cabe duda de que lo averiguarás. —Alex frunció el ceño, mientras reflexionaba sobre las palabras de su padre—. Algo te tiene preocupado —dijo el juez cuando vio que Alex no contestaba.
—Pearson sabe que el padre de Beth dijo a Cartwright que había cambiado de opinión sobre nombrarle encargado del taller.
—¿Y pensaba ofrecer el puesto a su hijo?
—Sí —dijo Alex.
—No nos ayuda en lo tocante al móvil.
—Cierto, pero es posible que yo también tenga una o dos sorpresas reservadas para Pearson —dijo Alex.
—¿Por ejemplo?
—Craig apuñaló a Danny en la pierna, y tiene una cicatriz que lo demuestra.
—Pearson dirá que es una herida antigua.
—Pero tenemos el informe de un médico que demuestra lo contrario.
—Pearson dirá que el responsable fue Bernie Wilson.
—Entonces, ¿me aconsejas que no llame a testificar a Cartwright?
—No es una pregunta fácil de contestar, hijo mío, porque yo no estaba en la sala, de modo que no sé cómo reaccionaron los miembros del jurado ante el testimonio de Beth Wilson.
Alex guardó silencio unos momentos.
—Un par de ellos parecían compadecerse de ella, y la verdad es que dio la impresión de ser una persona honrada. Claro que también podrían llegar a la conclusión de que, aunque esté diciendo la verdad, no vio qué pasó y acepta la explicación de Cartwright.
—Bien, solo necesitas convencer a tres jurados de que estaba diciendo la verdad, y podrías terminar con un jurado que no logra llegar a un acuerdo o, en el peor de los casos, con un nuevo juicio.
Y si ese fuera el resultado, el CPS[3] podría opinar que otro juicio no sería de interés público.
—Tendría que haber dedicado más tiempo a presionar a Craig sobre esa discrepancia de tiempo, ¿verdad? —preguntó Alex, con la esperanza de que su padre no le diera la razón.
—Demasiado tarde para preocuparse por ello —contestó su padre—. Tu decisión más importante ahora es si llamas o no a Cartwright al estrado.
—Es cierto, pero si tomo la decisión equivocada, Danny podría acabar condenado a veinte años de cárcel.