TODOS SOMOS PERSONAS CORRIENTES, Y, SIN EMBARGO, TAMBIÉN ÚNICOS
SAMUEL BARONDES
Director del Centro de Neurobiología y Psiquiatría de la Universidad de California, San Francisco; autor de Making Sense of People: Decoding the Mysteries of Personality.
Todos somos personas corrientes, y, sin embargo, también únicas.
Todos somos productos estándar: hemos sido concebidos por la unión de dos células germinales, alimentados en el interior de un útero y equipados con un programa de desarrollo capaz de orientar nuestra maduración ulterior y nuestro declive final.
Pero todos somos también únicos, ya que poseemos una particular selección de variantes genéticas del genoma humano colectivo y nos hallamos inmersos en una familia, una cultura, una época y un grupo de iguales concretos. Dotados de un conjunto de herramientas innatas que nos permiten adaptarnos a las circunstancias de nuestro mundo personal, todos construimos nuestra propia forma de ser y hallamos sentido a lo que somos.
Los biólogos y los científicos de la conducta han dejado tan bien sentado este doble punto de vista que concibe que cada uno de nosotros es a un tiempo corriente y especial, que actualmente podría parecer una obviedad. No obstante, y dadas las importantes implicaciones que tiene, todavía merece que le prestemos una atención particular como parte del mundo cognitivo que es. La comprensión de lo mucho que tenemos en común con nuestros semejantes promueve la compasión, la humildad, el respeto y la fraternidad. Y al reconocer nuestra condición de seres únicos fomentan la autoestima, el desarrollo personal, la creatividad y el rendimiento.
La fusión de estos dos aspectos de nuestra realidad personal puede enriquecer nuestras vivencias cotidianas. Nos permite disfrutar simultáneamente de la comodidad de sabernos ordinarios y de la emoción de ser únicos e irrepetibles.