Agradecimientos
Un auténtico ejército de personas generosas me ha apoyado para hacer realidad El Código Génesis. Me gustaría empezar por agradecerle a mi agente, Susan Crawford, y a mi editora, Natalia Aponte, su apuesta por un autor novel y su confianza en la novela cuando ésta era tan sólo un primer borrador. Un sincero saludo a Tom Doherty, por permitirme entrar en las filas de autores de Tor/Forge. Gracias también a Paul Stevens, por su ayuda y sus consejos, y a todo el personal de Tor/Folks por su apoyo incondicional.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a James Rollins, por su ánimo y apoyo. Si no habéis leído ninguna novela de él, lo único que puedo deciros es que salgáis a comprarlas ya. Por la inspiración que me dieron para esta historia, quiero hacer mención de las obras de Graham Hancock y Robert Bauval.
Mi más sincero aprecio y amor hacia mi familia: mis padres, Betty y Jim, a quienes les debo todo; mi hermano, Brett, por su ánimo constante; mi tía, Bev Marshall, una auténtica escritora que me inspiró a escribir, y mi tío, Butch, que siempre creyó en mí; mi abuelo Ernest, el gran contador de historias; Steve Carie; Don Gouger; mi hijastro, Kyle; y mis padres adoptivos, Ronda y David Raymond. Gracias también a mis compañeros de empresa por su apoyo y muestras de simpatía: Dave Bowman, Eugene George, Jim Tóale, David Bowman, Jr. y Robert Scheb.
Pero, sobre todo, me gustaría dar las gracias a mi esposa, mi amiga, mi compañera —mi ángel, Amy— por compartir su vida conmigo.