Capítulo 66
Museo Field de Historia Natural.
Chicago, Illinois.
—Las revelaciones más importantes surgen a menudo gracias a enormes saltos producidos en momentos de gran inspiración. El doctor Ambergris tuvo uno de esos momentos una mañana, al leer un artículo en el periódico —explicó Vásquez—. El Washington Post informaba de que el Departamento de Energía de Estados Unidos había encargado un estudio sobre la creación de avisos para almacenar residuos nucleares. Los residuos nucleares siguen siendo letales para los seres humanos durante diez mil años. El problema que intentaban resolver es el siguiente: ¿cómo advertir a futuras generaciones, quizás a diez mil años de distancia, que el contenido nuclear de esos lugares era mortal?
Vásquez dejó que reflexionaran sobre la cuestión durante unos minutos antes de proseguir.
—Con toda probabilidad las culturas existentes a día de hoy habrán desaparecido dentro de diez mil años. Los idiomas que hablamos actualmente serán incomprensibles a diez mil años vista. Al fin y al cabo, ¿cuánta gente conocen que sea capaz de hablar sánscrito o leer arameo? ¿Recuerdan lo difícil que resultaba en el instituto leer a Shakespeare en inglés antiguo?
Madison tomó asiento en un banco de madera situado junto a la estatua de Osiris.
—El catedrático Thomas Sebeok, de la Universidad de Indiana, dirigió el estudio. ¿Quieren saber cuáles fueron sus resultados? La conclusión de Sebeok fue que la mejor advertencia era la colocación de grandes señales simbólicas y la creación de un mito o leyenda, basándose en su observación de que los mensajes más antiguos conocidos eran tradiciones orales transmitidas verbalmente de una generación a la siguiente. Grace se sentó al lado de Madison.
—¿Y si las ideas de Sebeok ya habían sido utilizadas por los humanos antiguos? Sebeok recomendó la colocación de grandes señales simbólicas. ¿Qué me dicen de las monolíticas pirámides de piedra y los templos de Egipto, China y Centroamérica?
«Pero ¿qué relación guarda esto con el código que Ambergris halló oculto en el genoma?»
Madison tuvo un momento de lucidez. Las piezas del puzle encajaron en su mente.
—Se trata de eso. Eso es lo que descubrió el doctor Ambergris. Alguien del pasado remoto se tomó unas molestias increíbles para enviarnos una advertencia que tiene decenas de miles, tal vez cientos de miles de años de antigüedad.
«Una advertencia oculta en las mitologías y arquitectura de las civilizaciones más antiguas de la humanidad.»
Grace sintió un escalofrío.
—¿Una advertencia sobre qué? —preguntó.