Capítulo 39
Despacho de Quiz.
Semisótano de la Millennium Tower.
Manhattan, Nueva York.
Los tres siguieron leyendo.
12 de marzo
Existen otras consideraciones. El genoma humano está dispuesto en veintitrés pares de cromosomas. El número veintitrés no parece tener ningún significado especial. En realidad resulta un poco sorprendente que los humanos no tengamos veinticuatro cromosomas. Tanto los chimpancés como los gorilas y los orangutanes tienen veinticuatro pares.
Los genetistas han demostrado que la razón de que los humanos sólo tengamos veintitrés cromosomas es que dos de los cromosomas de los simios se han fusionado en los humanos. El segundo mayor cromosoma de los humanos, el cromosoma dos, es en realidad la fusión de dos cromosomas de los simios de tamaño medio.
El papa Juan Pablo II ha defendido la idea de que entre los simios ancestrales y los humanos modernos existía una discontinuidad ontológica, un punto en el que Dios inyectó un alma humana en la evolución animal. Quizás este salto adelante divino se manifestó a través de la fusión de dos cromosomas de los simios.
¿Puede verse un reflejo del alma humana en nuestro ADN?
Si lo miramos sin prejuicios, ¿encontraremos un gen del alma humana escondido en nuestro genoma humano, tal vez oculto en las proteínas de enlace del cromosoma dos?
* * *
Una alarma vibró en el ordenador de Quiz y un texto invadió la pantalla.
«ALERTA DE SEGURIDAD»
«Prioridad: Alfa»
«Todo el personal de seguridad debe reunirse inmediatamente»
«para realizar un registro de nivel uno en todas las instalaciones.»
«El cierre de seguridad sigue en vigor hasta nueva orden.»
—Será mejor que nos marchemos —dijo Madison, intentando mantener un tono de voz tranquilo—. Quiz, ¿puedes seguir leyendo el diario? Me pondré en contacto contigo en cuanto pueda.
—No hay problema —replicó Quiz—. Deberíais volver a vuestra planta. Supongo que no querréis que Crowe se enfade con vosotros.
—Sí —dijo Grace—. No está para bromas.