Capítulo 54
Biblioteca Beinecke de manuscritos y ejemplares únicos.
Universidad de Yale.
New Haven, Connecticut.
A Madison le daba vueltas la cabeza. Necesitaba tiempo para digerir y procesar todo lo que les había explicado la doctora Bowman. Un inmenso cambio de paradigma se cernía sobre los extremos opuestos de sus pensamientos.
—Me está costando mucho asumir todo esto —afirmó—. Necesito dejarlo macerar en mi mente durante unas horas.
La doctora Bowman asintió.
—Hay alguien más con quien deberían hablar cuando estén preparados. El doctor Alberto Vásquez, de la Universidad de Chicago. El doctor Ambergris pasó mucho tiempo con él en los últimos meses. Da un par de clases en la universidad, pero dedica la mayor parte de su tiempo a su puesto como administrador del museo Field de Historia Natural.
Grace se frotó los ojos cansados y bostezó.
—Pero de momento, ¿por qué no cogen una habitación en el motel que hay justo enfrente de la galería de arte, en la calle Chapel? —propuso Bowman—. Podemos encontrarnos mañana a primera hora; para entonces ya habré terminado la traducción.
—Me parece bien —dijo Grace, que estaba agotada.
—¿A qué hora quedamos? —preguntó Madison.
—Soy madrugadora. ¿Qué les parece a las ocho en la sala de lectura?
—Allí estaremos.