Capítulo 57
12 de junio.
WXNY, Canal 10.
—¿Les interesaría vacunarse contra el cáncer? ¿Qué me dicen de una pastilla capaz de curar la diabetes o las enfermedades cardíacas? ¿O de una inyección que les concediera veinte años más de vida?
Flavia Veloso, que hablaba con palabras moduladas y pronunciaba con suma nitidez, llevaba el uniforme televisivo de los reporteros de la cadena: colores sólidos, vistosos, acompañados de una sonrisa profesional.
—Preguntas como ésta y muchas otras se discutirán en la novena Conferencia Internacional de Biogenètica que tiene lugar todos los años, y que justo dentro de dos días dará comienzo en el centro de convenciones de la Millennium Tower, al sur de Manhattan. Unos trescientos renombrados científicos de campos como la biogenètica, la bioinformática y la genética humana se reunirán aquí para hacer públicos sus últimos descubrimientos y sus polémicas investigaciones.
La cámara retrocedió para mostrar una imagen de mayor amplitud.
—Nos encontramos justo delante de la Millennium Tower, donde tendrá lugar la citada conferencia de biogenètica.
Flavia señaló con el brazo derecho el elevado edificio.
—La Millennium Tower es también la sede de Triad Genomics, un conglomerado de biotecnología global que ha ganado miles de millones con la revolución genética. En junio de 2000, los científicos de Triad Genomics anunciaron al mundo que habían ganado la carrera para descifrar el genoma humano. Al describir los 3,2 miles de millones de unidades que conforman nuestro ADN, los genetistas hicieron numerosos descubrimientos y abrieron las puertas de la ciencia a una nueva era.
Flavia se apartó un mechón movido por la brisa. Miraba directamente a cámara.
—Triad Genomics, al igual que muchas otras empresas de biotecnología del mundo, afirma que la revolución genética posibilita que se lleven a cabo ilimitadas investigaciones en beneficio de la humanidad, desde el descubrimiento de posibles curas para enfermedades como el cáncer o el Alzheimer hasta la prolongación de la vida humana y la selección de genes para nuestros hijos. La revolución genómica está cambiando la forma en que nos vemos a nosotros mismos y la vida del planeta Tierra.
La imagen de Flavia fue reemplazada por la grabación de un pequeño grupo de manifestantes, armados con pancartas y carteles. Su voz siguió oyéndose de fondo.
—Pero la revolución genética ha generado también una intensa polémica. Mucha gente, igual que la que forma ese grupo que protestaba por la conferencia de biogenética como muestra de oposición a la investigación con células madre, cree que los científicos se están otorgando el papel de Dios. Bajo su punto de vista, el ADN humano es algo sagrado, un legado especial y divino que debería estar protegido de la manipulación del hombre.
En la pantalla, la grabación mostraba el momento en que Grace Nguyen se acercaba al grupo de manifestantes. Flavia siguió narrando la escena.
—En el versículo 16,18 del Libro de los Proverbios, la Biblia nos dice que el orgullo precede a la destrucción. A primera hora de esta mañana, un acalorado desacuerdo entre quienes se oponen a la revolución genómica y una genetista de Triad Genomics desembocó en una desagradable confrontación.
La pantalla ofreció con todo lujo de detalles la versión del encuentro entre Grace y los manifestantes. Mientras Grace se acercaba a la Millennium Tower, una joven que sostenía una pancarta en la que se veían dibujadas dos manos abiertas expresaba sus convicciones en voz alta.
—¡Detened la investigación con células madre!
En la pantalla, el rostro arrebolado de Grace no podía ocultar su enojo.
—Estás obstruyéndome el paso.
La voz de Flavia prosiguió.
—La doctora Grace Nguyen, de Triad Genomics, interpeló a esta joven manifestante esta misma mañana, a las puertas de Triad Genomics.
Grace avanzó directamente a la manifestante.
—¡Estamos aquí para proteger a los nonatos, a aquellos que aún no pueden protegerse!
—Qué detalle por tu parte. Y ahora apártate de mi camino.
Grace se abrió paso entre las protestas. Entrecerró los ojos y apretó las manos con gesto amenazador.
—¿De gente como yo? Ahora escucha, ignorante.
La cámara cambió de ángulo.
—No te atrevas a decirme ni una palabra más.
La joven parecía achicarse ante la ira de Grace.
—Y ahora sal de mi camino antes de que te aparte de un empujón.
La joven bajó la pancarta, miró avergonzada hacia el suelo y se hizo a un lado. Sin decir nada más, Grace avanzó con aire desafiante entre la multitud.
La grabación fue reemplazada por un primer plano del grave rostro de Flavia Veloso.
—Una triste muestra de arrogancia —dijo Flavia—. Se ha dicho que quien se considera el creador de la vida termina perdiendo el respeto hacia ella. Quizás esta pérdida de respeto no ha sido nunca tan evidente como esta mañana en el sur de Manhattan. Les ha informado Flavia Veloso, desde el exterior de la Millennium Tower.
Al cabo de una hora el reportaje de Flavia aparecía en los medios de ámbito nacional. Por todo el país millones de personas vieron como Grace Nguyen atacaba verbalmente a una joven manifestante. En muchos salones, desde Nueva York hasta Los Ángeles, la ira se apoderó de los televidentes y los activistas se pusieron en marcha.