Capítulo 88
Semisótano, nivel C.
Millennium Tower.
Manhattan, Nueva York.
Zoovas estaba en el urinario, tarareando para sus adentros. Cuando la sargento Peters entró en los servicios de caballeros, el tarareo se paró en seco.
—¿Qué coño...?
La expresión de inquietud en el rostro de ella le dejó a media frase.
—Tenemos un problema, Zoovas. Acabo de recibir una llamada del 911. Hace un par de minutos alguien les anunció por teléfono de una amenaza de bomba en la Millennium Tower.
—Sí, hoy ya llevamos cuatro. Chiflados y tarados varios. ¿Qué pasa ahora?
—Este ha sido distinto. El que llamó preguntó directamente por ti. Se identificó como el doctor Christian Madison.
«Por Dios.»
—No conseguimos encontrar a Omar Crowe —prosiguió Peters—. Pero te designó como enlace con el Departamento de Policía de Nueva York. Alguien tiene que tomar una decisión. Debes ser tú quien llame.
Zoovas no titubeó.
—Si pierdo el empleo, que así sea.
Cogió la radio y marcó un código de tres dígitos.
—Seguridad —dijo una voz por la radio.
—Aquí Zoovas. Tenemos una amenaza de bomba creíble en la Millennium Tower. Ordeno una evacuación inmediata de todo el edificio. Que los protocolos de evacuación entren en funcionamiento ahora mismo.
La voz pareció dudar.
—Sí, señor.
Dos segundos después, los guardias de seguridad recibían órdenes de implementar los protocolos de evacuación. Dos minutos más tarde unas luces rojas parpadeantes empezaban a brillar en el edificio. Una voz salía por los altavoces de la Millennium Tower.
—«Atención, por favor. Un momento de atención. Se pide a todas las personas que se encuentren en la Millennium Tower que se dirijan inmediatamente hacia las salidas de emergencia, ubicadas cerca del centro de cada planta. Los guardias de seguridad se hallan por todo el edificio para ayudarles en lo que necesiten e indicarles la salida más próxima. No existe ninguna amenaza inmediata, pero les pedimos que se dirijan de manera ordenada y tranquila a las salidas de emergencia.».