Polvo de cometas

Hasta hace unos años, se suponía que la Tierra estaba rodeada de minúsculos granos de materia que no había manera de estudiar. Pero el especialista planetario de la Universidad de Chicago, Edwards Anders, ha cambiado las cosas.

Anders se dedicaba a estudiar los meteoritos en busca de «núcleos exóticos». Son núcleos resultado de la fisión de elementos superpesados. Como parte de su investigación, Anders sumergió los meteoritos en ácidos fuertes y se dio cuenta de que quedaba un minúsculo residuo de polvo muy fino. Eran diamantes minúsculos además de trazas insignificantes de carbón y carburo de silicio.

Parecían gránulos diminutos que no formaran parte del Sistema Solar, sino que se hubieran formado fuera de él hacía miles de millones de años y que aterrizaban en la Tierra.

Ernst Zinner, de la Universidad de Washington en San Luis, midió los isótopos presentes en los gránulos con un pequeño instrumento llamado «microsonda iónica». Los isótopos se pueden utilizar para determinar la naturaleza de los hornos nucleares de las estrellas. O también para averiguar la naturaleza de las estrellas muertas hace mucho tiempo.

Los gránulos se formaron en el intenso calor a partir del cual se originaron el Sol y los planetas. En esas circunstancias, los gránulos se destruyeron, pero unos pocos sobrevivieron en los límites externos, más fríos, del Sistema Solar en formación. Se han encontrado estos gránulos excedentes en los asteroides que giran alrededor del Sol entre las órbitas de Júpiter y Marte, y también en cometas, y es muy probable que el polvo de los cometas, que se forma continuamente, los contengan en abundancia.

Lo principal es que los gránulos no se han originado en el Sistema Solar sino fuera de él. La naturaleza de los gránulos y sus isótopos podría determinar la naturaleza de las estrellas de las que proceden.

El hecho de que los diamantes, el grafito y el carburo de silicio contengan todos carbono, indica que se formaron a partir de estrellas ricas en carbono. Para eso, las estrellas tendrían que tener atmósferas muy grandes en cuyo interior se formaran los gránulos. Parece ser que las estrellas en cuestión eran gigantes rojas.

Anders tenía que realizar un trabajo genérico con las estrellas, pero entonces llegó Zinner con su microsonda iónica y pudo estudiar los isótopos de gránulos aislados para obtener información sobre la estrella de la que procedían.

En general, la historia de los gránulos concuerda con la teoría de la formación de los elementos. No obstante, hay algunas cuestiones que resultan enigmáticas.

Anders señala que mediante la razón criptón/selenio se puede averiguar la temperatura de una estrella. Cuanto más caliente es la estrella, menos criptón contiene.

También hay algunos indicios de que los gránulos se pueden originar en las explosiones de supernovas y no sólo en gigantes rojas.

La existencia de los gránulos también pone de relieve el origen de nuestro Sistema Solar. Hay gránulos cuyo origen parece indicar que se formaron cerca de la nube que dio lugar al Sistema Solar y lo puso en movimiento. Puede que los gránulos que hay en el Sistema Solar indiquen el modo en que muchas estrellas se implicaron en su formación. Hubo una época en la que los astrónomos pensaban que cinco o seis estrellas habían ayudado a dar un empujón a la nube del Sistema Solar, pero Anders cree que pueden llegar a un millar.

También se puede saber la edad de los gránulos. Cuando éstos se mueven por el espacio, tropiezan periódicamente con partículas de radiación cósmica. Anders estudia los gránulos para saber exactamente con qué partículas han chocado. Una partícula puede encontrarse con un átomo de carbón y hacerle ligar una partícula de neón. Parece que los gránulos más antiguos tienen alrededor de 1000 millones de años más que el Sistema Solar. Algunos pueden tener incluso más.

Puesto que no hay duda de que hay gran abundancia de gránulos en los cometas y puesto que los cometas chocan contra la Tierra muy pocas veces, la Agencia Espacial Europea ha diseñado un plan para llegar a un cometa que se acercara suficientemente a la Tierra. La nave recogerá parte del material helado y lo trasladará a la Tierra para un estudio más detallado. Los cometas son fríos, mucho más fríos que los asteroides, así que seguramente están llenos de gránulos. Por desgracia es poco probable que se pueda arañar tanto dinero para este propósito. Pero si así se hiciera, podrían pasar décadas antes de que la nave pudiera despegar.

De la información que aporten los gránulos sobre el Universo más allá del Sistema Solar, podríamos aprender mucho sobre él y sobre la formación de nuestro propio Sistema Solar.

Algunos astrónomos piensan que ello representa un campo nuevo de investigación en la astronomía y que las «micro-sondas iónicas» son los nuevos telescopios.

Fronteras II
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicatoria.xhtml
IndiceAutor.xhtml
Introduccion.xhtml
Parte1.xhtml
Ensayo1.xhtml
Ensayo2.xhtml
Ensayo3.xhtml
Ensayo4.xhtml
Ensayo5.xhtml
Ensayo6.xhtml
Ensayo7.xhtml
Ensayo8.xhtml
Ensayo9.xhtml
Ensayo10.xhtml
Ensayo11.xhtml
Ensayo12.xhtml
Ensayo13.xhtml
Ensayo14.xhtml
Ensayo15.xhtml
Ensayo16.xhtml
Ensayo17.xhtml
Ensayo18.xhtml
Ensayo19.xhtml
Ensayo20.xhtml
Ensayo21.xhtml
Ensayo22.xhtml
Ensayo23.xhtml
Ensayo24.xhtml
Ensayo25.xhtml
Ensayo26.xhtml
Ensayo27.xhtml
Ensayo28.xhtml
Ensayo29.xhtml
Ensayo30.xhtml
Ensayo31.xhtml
Ensayo32.xhtml
Ensayo33.xhtml
Parte2.xhtml
Ensayo34.xhtml
Ensayo35.xhtml
Ensayo36.xhtml
Ensayo37.xhtml
Ensayo38.xhtml
Ensayo39.xhtml
Ensayo40.xhtml
Ensayo41.xhtml
Ensayo42.xhtml
Ensayo43.xhtml
Ensayo44.xhtml
Ensayo45.xhtml
Ensayo46.xhtml
Ensayo47.xhtml
Ensayo48.xhtml
Ensayo49.xhtml
Ensayo50.xhtml
Ensayo51.xhtml
Ensayo52.xhtml
Ensayo53.xhtml
Ensayo54.xhtml
Ensayo55.xhtml
Ensayo56.xhtml
Ensayo57.xhtml
Ensayo58.xhtml
Ensayo59.xhtml
Ensayo60.xhtml
Ensayo61.xhtml
Ensayo62.xhtml
Ensayo63.xhtml
Ensayo64.xhtml
Parte 3.xhtml
Ensayo65.xhtml
Ensayo66.xhtml
Ensayo67.xhtml
Ensayo68.xhtml
Ensayo69.xhtml
Ensayo70.xhtml
Ensayo71.xhtml
Ensayo72.xhtml
Ensayo73.xhtml
Ensayo74.xhtml
Ensayo75.xhtml
Ensayo76.xhtml
Ensayo77.xhtml
Ensayo78.xhtml
Ensayo79.xhtml
Ensayo80.xhtml
Ensayo81.xhtml
Ensayo82.xhtml
Ensayo83.xhtml
Ensayo84.xhtml
Ensayo85.xhtml
Ensayo86.xhtml
Ensayo87.xhtml
Ensayo88.xhtml
Ensayo89.xhtml
Parte4.xhtml
Ensayo90.xhtml
Ensayo91.xhtml
Ensayo92.xhtml
Ensayo93.xhtml
Ensayo94.xhtml
Ensayo95.xhtml
Ensayo96.xhtml
Ensayo97.xhtml
Ensayo98.xhtml
Ensayo99.xhtml
Ensayo100.xhtml
Ensayo101.xhtml
Ensayo102.xhtml
Ensayo103.xhtml
Ensayo104.xhtml
Ensayo105.xhtml
Ensayo106.xhtml
Ensayo107.xhtml
Ensayo108.xhtml
Ensayo109.xhtml
Ensayo110.xhtml
Ensayo111.xhtml
Ensayo112.xhtml
Ensayo113.xhtml
Ensayo114.xhtml
Ensayo115.xhtml
Ensayo116.xhtml
Ensayo117.xhtml
Ensayo118.xhtml
Ensayo119.xhtml
Ensayo120.xhtml
Ensayo121.xhtml
Ensayo122.xhtml
Ensayo123.xhtml
Ensayo124.xhtml
autor.xhtml