La construcción de un Universo

Hay un problema que está desorientando a los astrónomos y que Changbon Park, un licenciado de la Universidad de Princeton, ha abordado hace poco de una manera apasionante utilizando un ordenador.

El problema es el siguiente: al estudiar la radiación débil de microondas que llega de todas direcciones, los astrónomos se han convencido de que el Universo empezó como un pequeño objeto que se expandió ampliamente. Esta radiación es tan exactamente igual en todas direcciones que es necesario suponer que el pequeño objeto inicial era homogéneo, perfectamente uniforme y no tenía ningún grupo. A medida que se expandía, quizá debería de haber permanecido uniforme y pudo haber originado un Universo que consistía en una bola de gas regular.

No fue así. Se rompió en grumos que se convirtieron en galaxias y las galaxias a su vez se rompieron en grumos que evolucionaron a estrellas individuales. Esto se podría explicar si las galaxias estuvieran repartidas de manera uniforme en el Universo, pero no lo están. Existen en cúmulos y en cúmulos de cúmulos.

Además, las galaxias forman largas líneas y curvas que rodean enormes «vacíos» dentro de los cuales prácticamente no hay galaxias. Parece que el Universo fuera una enorme esponja de estructuras galácticas que rodean agujeros.

¿Cómo llegó el Universo a adoptar esta forma? ¿Qué forzó a la materia, en su origen uniformemente repartida, a adoptar una forma tan extrañamente desigual?

En el Universo hay cuatro tipos de fuerzas que controlan el modo en que los objetos se influyen mutuamente. Una o más de ellas deben de haber dado forma al Universo. De las cuatro fuerzas, dos -la fuerza nuclear fuerte y la débil- actúan sólo dentro del núcleo atómico y no afectan al Universo en conjunto. Una tercera, la fuerza electromagnética, se extiende hacia el exterior a lo largo de años luz, pero tiene capacidad tanto de atraer como de repeler, y las dos tendencias se disponen prácticamente en equilibrio, produciendo un efecto mínimo sobre el Universo en conjunto.

Significa que sólo actúa la fuerza gravitatoria y los astrónomos buscan un modo en el que la gravitación sola pueda dar forma al Universo. Se puede conseguir, pero según los cálculos se tarda mucho tiempo. Los astrónomos estiman que algunos de los cúmulos más grandes sólo se podrían haber formado por acción de la gravedad después de un período de tiempo varias veces mayor que la edad real del Universo.

Por supuesto, la gravitación probablemente tiene más fuerza de la que esperamos. Sólo podemos observar estrellas y galaxias, pero hay pruebas de que existe aún más fuerza gravitatoria que ésa. Hay «materia oscura», cuya naturaleza desconocemos, que puede integrar hasta un 90% o más de toda la materia del Universo. No obstante, incluso teniendo esto en cuenta, no parece posible que el Universo se pudiera concebir en su forma actual sólo a través de la acción de la gravedad, y, sin embargo, no se cuenta con algo más. Éste es el dilema al que los astrónomos tienen que hacer frente en la actualidad.

Pero no es suficiente trabajar con suposiciones y ecuaciones sobre el papel. Ha de resultar útil intentar un ataque más directo: formular efectivamente un Universo sólo por gravedad y observar lo que sucede. Naturalmente esto no se puede llevar a cabo en la realidad. Pero una programación ajustada podría permitir a un ordenador simular la construcción de un Universo. Esto es lo que trató de hacer Park, de la Universidad de Princeton, y presentó sus resultados en febrero de 1990.

Park inició un Universo que medía 200 millones de años luz de ancho. Dentro de esta área colocó dos millones de partículas matemáticas que representaban grumos de materia ordinaria: la materia que compone estrellas y galaxias. Añadió también otros dos millones de partículas de materia oscura. Después programó el ordenador para que las partículas se pudieran mover como si cada una de ellas fuese atraída por el efecto gravitatorio de todas las demás, según las reglas conocidas del funcionamiento de estas fuerzas.

Era la mayor simulación nunca realizada y, fijémonos bien, en la pantalla del ordenador los puntos de materia se reunían en estructuras que parecían galaxias ordenadas en líneas curvas alargadas que rodeaban unas zonas vacías en las que había muy pocas o ninguna. En resumen, la simulación producía algo parecido al Universo que existe en realidad.

Por supuesto, incluso el hecho de Park no sirve más que para probar los comienzos de una respuesta. Sería importante trabajar con un «Universo» mucho mayor y estaría bien utilizar no millones de partículas sino miles de millones o incluso billones. Además, habría que comprobar la programación y asegurarse de que las suposiciones previas a las instrucciones eran válidas.

No obstante, hay astrónomos que trabajan para llevar a cabo simulaciones mayores y quizá más válidas y puede que, por consiguiente, se puedan construir universos más precisos y comparar los resultados con la realidad.

Esto sólo se ha llevado a cabo recientemente gracias a los nuevos superordenadores. Los ordenadores más potentes que están en camino pueden ayudar a resolver problemas todavía más espinosos.

Fronteras II
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicatoria.xhtml
IndiceAutor.xhtml
Introduccion.xhtml
Parte1.xhtml
Ensayo1.xhtml
Ensayo2.xhtml
Ensayo3.xhtml
Ensayo4.xhtml
Ensayo5.xhtml
Ensayo6.xhtml
Ensayo7.xhtml
Ensayo8.xhtml
Ensayo9.xhtml
Ensayo10.xhtml
Ensayo11.xhtml
Ensayo12.xhtml
Ensayo13.xhtml
Ensayo14.xhtml
Ensayo15.xhtml
Ensayo16.xhtml
Ensayo17.xhtml
Ensayo18.xhtml
Ensayo19.xhtml
Ensayo20.xhtml
Ensayo21.xhtml
Ensayo22.xhtml
Ensayo23.xhtml
Ensayo24.xhtml
Ensayo25.xhtml
Ensayo26.xhtml
Ensayo27.xhtml
Ensayo28.xhtml
Ensayo29.xhtml
Ensayo30.xhtml
Ensayo31.xhtml
Ensayo32.xhtml
Ensayo33.xhtml
Parte2.xhtml
Ensayo34.xhtml
Ensayo35.xhtml
Ensayo36.xhtml
Ensayo37.xhtml
Ensayo38.xhtml
Ensayo39.xhtml
Ensayo40.xhtml
Ensayo41.xhtml
Ensayo42.xhtml
Ensayo43.xhtml
Ensayo44.xhtml
Ensayo45.xhtml
Ensayo46.xhtml
Ensayo47.xhtml
Ensayo48.xhtml
Ensayo49.xhtml
Ensayo50.xhtml
Ensayo51.xhtml
Ensayo52.xhtml
Ensayo53.xhtml
Ensayo54.xhtml
Ensayo55.xhtml
Ensayo56.xhtml
Ensayo57.xhtml
Ensayo58.xhtml
Ensayo59.xhtml
Ensayo60.xhtml
Ensayo61.xhtml
Ensayo62.xhtml
Ensayo63.xhtml
Ensayo64.xhtml
Parte 3.xhtml
Ensayo65.xhtml
Ensayo66.xhtml
Ensayo67.xhtml
Ensayo68.xhtml
Ensayo69.xhtml
Ensayo70.xhtml
Ensayo71.xhtml
Ensayo72.xhtml
Ensayo73.xhtml
Ensayo74.xhtml
Ensayo75.xhtml
Ensayo76.xhtml
Ensayo77.xhtml
Ensayo78.xhtml
Ensayo79.xhtml
Ensayo80.xhtml
Ensayo81.xhtml
Ensayo82.xhtml
Ensayo83.xhtml
Ensayo84.xhtml
Ensayo85.xhtml
Ensayo86.xhtml
Ensayo87.xhtml
Ensayo88.xhtml
Ensayo89.xhtml
Parte4.xhtml
Ensayo90.xhtml
Ensayo91.xhtml
Ensayo92.xhtml
Ensayo93.xhtml
Ensayo94.xhtml
Ensayo95.xhtml
Ensayo96.xhtml
Ensayo97.xhtml
Ensayo98.xhtml
Ensayo99.xhtml
Ensayo100.xhtml
Ensayo101.xhtml
Ensayo102.xhtml
Ensayo103.xhtml
Ensayo104.xhtml
Ensayo105.xhtml
Ensayo106.xhtml
Ensayo107.xhtml
Ensayo108.xhtml
Ensayo109.xhtml
Ensayo110.xhtml
Ensayo111.xhtml
Ensayo112.xhtml
Ensayo113.xhtml
Ensayo114.xhtml
Ensayo115.xhtml
Ensayo116.xhtml
Ensayo117.xhtml
Ensayo118.xhtml
Ensayo119.xhtml
Ensayo120.xhtml
Ensayo121.xhtml
Ensayo122.xhtml
Ensayo123.xhtml
Ensayo124.xhtml
autor.xhtml