El celacanto, ¿antepasado del hombre?
Tres científicos alemanes, Tomas Gorr, Traute Kleinschmidt y Hans Fricke, han informado de un parentesco que indica que los celacantos son los ascendientes directos de los tetrápodos. Los tetrápodos son «animales de cuatro patas» e incluyen a anfibios, reptiles, aves y mamíferos, y entre ellos el hombre.
El celacanto es un pez del que, sabiendo que existía en los días anteriores a los dinosaurios, se pensaba que se había extinguido hacía mucho tiempo. Entonces, en 1938, un pescador que echaba las redes en las costas surafricanas capturó una criatura extraña. La mostró a un ictiólogo surafricano, J. L. B. Smith, que lo identificó como un celacanto. Desde entonces se ha descubierto que estos peces viven en las Comores y los pescadores cogen alguno de vez en cuando. Los celacantos viven a una profundidad de 200 metros y se han llevado a la superficie un total de 170 especímenes. Por desgracia no pueden soportar la pérdida de presión del agua y sólo viven unas pocas horas en superficie.
En 1986, Hans Fricke, utilizando un submarino biplaza especialmente diseñado, logró descender lo suficiente para seguir a los celacantos en su ambiente y descubrió que podían nadar en todas direcciones, incluso hacia atrás y boca arriba. Fricke y sus dos colegas publicaron un artículo en mayo de 1991 en el que mostraban que la sangre de los celacantos tenía cadenas de aminoácidos muy parecidas a las equivalentes de los renacuajos.
Los anfibios son los tetrápodos menos avanzados, y los renacuajos son los menos avanzados de los anfibios. Salen del huevo con forma de peces minúsculos con aletas y branquias y sin patas. Hasta que los renacuajos se desarrollan, la cola no desaparece, las branquias no se convierten en pulmones y las patas no se forman.
Por consiguiente, si los renacuajos se parecen a los celacantos en sus cadenas de aminoácidos sólo cabe suponer que ambos están relacionados entre sí de alguna manera. Probablemente, los celacantos son los ascendientes de los renacuajos y de todos los demás tetrápodos, incluido el hombre. Aunque las cadenas de aminoácidos no aparecen en las ranas adultas, la relación entre celacantos y renacuajos es más estrecha que la de los renacuajos con cualquier otra criatura que podría haber sido un ascendiente de los tetrápodos.
Otro aspecto importante es que el celacanto tiene seis aletas, cuatro de las cuales se mueven por parejas. Fricke, al estudiar al celacanto bajo el agua, descubrió que estas cuatro aletas se movían de manera semejante a las extremidades de los animales de cuatro patas, pero no a las de los peces.
Como siempre en estos casos, la conexión entre el celacanto y los tetrápodos no es aceptada por todos los biólogos. Algunos alegan que las cadenas de aminoácidos se pueden interpretar de distintas maneras y no son, en ningún caso, una prueba de conexión.
En realidad, existe otro tipo de pez, el pez pulmonado, del que también se pensó durante mucho tiempo que se había extinguido, y que se recuperó en el siglo XIX. En la actualidad se conocen por lo menos seis especies de pez pulmonado.
El pez pulmonado tiene pulmones rudimentarios y puede, por lo tanto, tragar aire cuando es necesario. Es capaz de salir de aguas salobres y dirigirse a charcas mayores. Cuando esto no es posible, sobre todo en verano, se envuelve en barro y permanece mucho tiempo inmóvil durante la estación. A esto se le conoce como «estivación», que es paralela a la hibernación de otros animales. Algunos peces pulmonados llegan incluso a ahogarse si no están en posición de tragar aire de vez en cuando.
Algunos biólogos creen que los peces pulmonados son los ascendientes de los tetrápodos y que la presencia de pulmones es más importante que la presencia de aletas en los celacantos o de cadenas de aminoácidos. Hay muchas probabilidades de que la discusión no se resuelva durante mucho tiempo, pero yo me inclino por la teoría del celacanto. Me convence la idea de las cadenas de aminoácidos más que la de los pulmones rudimentarios.
Por consiguiente, creo que el celacanto, que existía no sólo antes de la era de los dinosaurios, sino también antes de la era de los tetrápodos en general (los dinosaurios eran tetrápodos avanzados), podría ser considerado como nuestro ascendiente.
Es realmente extraño que el celacanto, siendo ascendiente de los tetrápodos y habiendo tenido descendientes que se desarrollaron de muchas maneras, se haya mantenido sin cambiar ni desarrollarse. Tiene 400 millones de años y ha variado muy poco durante todo este tiempo. Es una pena que no pueda soportar las condiciones de superficie. Podríamos estudiarlo mucho mejor si pudiera hacerlo.