Púlsar milisegundo
En 1969 se descubrió un tipo de estrella muy peculiar. Se trataba de una estrella de neutrones y, aunque tenía la masa de una estrella corriente, era extraordinariamente pequeña, pues sólo medía unos 14 kilómetros de ancho. Además, giraba con gran rapidez a la velocidad de una vuelta por segundo. Naturalmente, a medida que envejecía, giraba más despacio y había ocasiones en que sólo daba una vuelta cada cuatro minutos.
Pero en 1987 se descubrió algo todavía más asombroso: un púlsar que giraba con mucha más rapidez que los normales. Daba 600 vueltas por segundo. Giraba casi una vez cada milésima de segundo y por tanto se le denominó «púlsar milisegundo».
Hasta hace poco tiempo, los astrónomos sólo habían localizado 13 púlsares milisegundo, pero en 1991, un grupo de ellos pudo localizar diez más.
La cuestión que ahora se plantea es cómo los púlsares milisegundo pueden girar tan rápidamente. La explicación más probable es que sean el resultado, de la captura por un púlsar ordinario. Por lo general, un púlsar milisegundo pierde velocidad de giro y, en un millón de años, es tan relativa que ya no se puede detectar. Sin embargo, puesto que está atrapado por un púlsar normal, logra captar una masa que aumenta su velocidad de giro. En otras palabras, se «acelera».
Todos estos púlsares milisegundo se detectaron en un cúmulo de estrellas llamado 47 Tucanae. Este cúmulo posee un núcleo muy denso de estrellas y puede ser que se iniciara con una población de estrellas con mucha más masa de la que se había pensado. Es muy probable que en este cúmulo existan muchos más púlsares milisegundo.
También es posible que los púlsares milisegundo sean un ejemplo de «materia oscura». Esta materia no emite fotones, así que no se puede observar, pero incrementa la fuerza gravitatoria.
Estos púlsares originan asimismo diferencias en las radioondas. Es muy probable que sea consecuencia de interacciones gravitatorias con estrellas cercanas, lo que nos puede proporcionar información adicional sobre el núcleo de 47 Tucanae.
Existe una nueva teoría sobre por qué los cúmulos del tipo de 47 Tucanae contienen tan poco gas, a pesar de que se forman cantidades importantes debido a la actividad estelar. David N. Spergel, de la Universidad de Princeton, sostiene que los fuertes vientos originados por los púlsares milisegundo arrastran el gas fuera del cúmulo. En este caso, bastarían unas docenas de púlsares para mantener un cúmulo sin gas.
Richard N. Manchester, de la Instalación Nacional de Telescopios de Australia, en Eppin, Nueva Gales del Sur, dirigió el grupo que descubrió los nuevos púlsares milisegundo. Manchester subrayó que 47 Tucanae tenía tal densidad de estrellas que se podría encontrar en ella púlsares milisegundo. Afirmó también que el cúmulo se situaba a sólo 13 000 años luz de la Tierra, solamente la mitad de la distancia a la mayoría de los cúmulos de estrellas, y que había más probabilidades de detectar púlsares débiles. Manchester tuvo razón en ambos aspectos.
Los astrónomos están bastante seguros de que los púlsares milisegundo aceleran su giro como consecuencia de su asociación con pulsares normales. Sin embargo, también han descubierto que el número total de púlsares normales es mucho menor que el de púlsares milisegundo. Creen posible que la vida de aquéllos sea mucho más corta que la de éstos.
El primer púlsar milisegundo que se descubrió fue aceptado como una peculiaridad, pero ahora que se observan multitud de ellos podemos considerarlos objetos importantes. Además, estos púlsares probablemente se hallan desperdigados por los cúmulos globulares más densos. No sería sorprendente que hubiera púlsares milisegundo lo bastante cerca del Sistema Solar para que pudiéramos estudiarlos en relación con la propia Tierra.
Naturalmente, estos púlsares no se encontrarían realmente cerca de la Tierra. Se situarían a unos cuantos miles de años luz, pero representaría una buena proximidad para investigarlos.
Un púlsar milisegundo giraría como consecuencia de su asociación con un pulsar normal. Su giro sería lo bastante rápido casi para poder desintegrarlo y ésta supone una cuestión de gran interés.
Los púlsares milisegundo son estrellas totalmente diferentes de las normales. Son diminutas, giran a velocidades enormes y apenas consiguen despedir luz. Su atracción gravitatoria es tan grande que a la luz le cuesta mucho escapar.
Las únicas estrellas que superan a los púlsares milisegundo son los agujeros negros.