¿Miniagujeros negros en todas partes?

El físico A. P. Trofimenko hablaba en 1990 de la existencia de miniagujeros negros en todas partes, incluso en la Tierra. Pero ¿qué es exactamente un agujero negro?

El gran público cada vez está más familiarizado con los «agujeros negros». Es una porción de materia tan sumamente comprimida y densa que la atracción gravitatoria en sus inmediaciones es enorme. Cualquier cosa que cae en ella no puede escapar, así que es un «agujero». Ni siquiera la luz puede escapar, así que es un «agujero negro».

Un agujero negro se forma cuando una estrella gigante explota en forma de supernova. A veces, parte de ella se colapsa en un agujero negro. Uno de este tipo, por lo general contiene más masa que el Sol. Tiende a captar materia de su alrededor, sin devolver nada, así que su tamaño aumenta, sobre todo si se ha formado en una región abundante en estrellas.

Los científicos no han localizado ningún agujero negro sin dejar lugar a dudas, pero están convencidos de que existen. Se sospecha que en el centro de los cúmulos de estrellas hay agujeros negros con una masa miles de veces mayor que nuestro Sol. Puede que los haya todavía mayores, con una masa millones o incluso miles de millones mayor que la del Sol, en el centro de las galaxias.

En teoría, los agujeros negros se pueden presentar en todo tipo de tamaños, de manera que puede haberlos muy pequeños, con masas no superiores a la de un asteroide o incluso menos. El problema está en que cuanto menor es la masa de un objeto más fuertemente comprimida debe estar para formar un agujero negro.

Los científicos no conocen ningún proceso que se produzca en la actualidad en el Universo que pudiese dar origen a un «miniagujero negro», que tenga menos masa que el Sol, pero en 1971, el físico británico Stephen Hawking afirmó que se podrían haber formado en gran número en la época de la gran explosión, cuando se creó el Universo, en unas condiciones totalmente diferentes de las actuales.

Hawking demostró, además, que los agujeros negros no son permanentes, sino que se «vaporizan» muy despacio. Sin embargo, uno normal lo hace tan lentamente que tardaría millones de trillones de años más de lo que tardaría el Universo en desaparecer.

Sin embargo, la velocidad de vaporización aumentaría a medida que la masa del agujero negro disminuyera. Un miniagujero negro se evaporaría con mucha más rapidez que uno ordinario y, a medida que se vaporizara, lo haría cada vez más rápidamente, hasta convertirse en lo suficientemente pequeño para desaparecer en un soplo emitiendo rayos gamma de un tipo característico. Es posible que algunos miniagujeros negros fueran tan pequeños cuando se formaron que están explotando ahora, sólo 15 000 millones de años después de la gran explosión. Si es así, no los han captado mientras lo hacían. No se ha localizado la producción característica de los rayos gamma debidos.

Supondría mucha suerte que se captara uno en el momento mismo de la explosión. El simple hecho de que no se haya logrado (se ha estado buscando uno durante muy poco tiempo y de manera fortuita) no quiere decir que no existan.

Trofimenko afirma que existen, que hay algunos en la Tierra y que su presencia se puede utilizar para explicar algunos fenómenos geológicos.

Por ejemplo, supongamos un miniagujero negro en el centro de la Tierra. Podría tener la masa suficiente para justificar la alta densidad del planeta en conjunto sin que los geólogos tengan que suponer que hay un gran núcleo de hierro y níquel en su centro. En su lugar, la Tierra podría ser toda de roca.

Además, hay «puntos calientes» en el manto terrestre. Un punto caliente permanecería siempre en el mismo sitio mientras las placas de la corteza terrestre se desplazan lentamente en la superficie. De vez en cuando, los puntos calientes originan una erupción volcánica, de manera que forman una serie de volcanes, el más viejo de los cuales, al haber sobrepasado el punto caliente, permanece apagado.

Las islas Hawai están formadas sobre uno de estos puntos calientes y el volcán de la propia isla de Hawai, la más reciente del grupo, sigue activo. ¿Puede un miniagujero negro enterrado en el manto servir como fuente de un punto caliente? Incluso uno diminuto, con una masa de unos 6000 millones de toneladas, al vaporizarse produciría el calor suficiente para justificar un punto caliente.

Trofimenko señala también que en la Luna hay regiones con más densidad que la normal; hay volcanes apagados en Marte y volcanes activos en lo, uno de los satélites de Júpiter. Es posible que sean producto de miniagujeros negros.

¿Hay alguna forma de comprobar esta idea? Trofimenko afirma que los miniagujeros deben producir las minúsculas partículas llamadas «neutrinos». Hemos aprendido a detectar algunos neutrinos que proceden del Sol, pero un miniagujero negro produciría unos miles más. Quizá podríamos medir la producción de neutrinos en lugares en los que cabe la posibilidad de que existan estos miniagujeros en los alrededores de los volcanes activos.

Es una idea interesante que merece la pena ser investigada, pero voy a ser un aguafiestas y a decir que pienso que las probabilidades de que sea válida son muy escasas.

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