La novela de Wolf Weiss[328]
13 de agosto de 1937
El autor de la novela es un joven comunista alemán, que durante varios años permaneció en Rusia y fue siempre fiel a la «línea» oficial. En 1935, cuando la GPU preparaba los juicios de los «trotskistas», Weiss fue arrestado inesperadamente, junto con otros alemanes. Para la GPU, se trataba de encontrar entre los alemanes arrestados (inmigrantes comunistas, ingenieros y otros) acusados y testigos para los procesos que se estaban preparando. Para ello era necesario obligar a los prisioneros a confesarse agentes de la Gestapo y aliados de los trotskistas.
La mayor parte de la novela de Weiss se refiere a su permanencia en la prisión de la GPU y a sus métodos de interrogatorio. Sería un grave error deducir de estos que estamos ante una obra propagandística agitativa, destinada a desacreditar los métodos de la GPU. No, la novela de Weiss es una obra artística de la mayor calidad. El autor no cae en el agitativismo. No saca conclusiones políticas, ni hace generalizaciones. Cuenta lo que vio y vivió. La obra está escrita en tercera persona, no en primera: es una novela, no un diario personal. El valor artístico y sicológico de la novela es muy alto. Digamos al pasar que, precisamente por eso, la aparición de la novela significará un golpe terrible para los métodos inquisitoriales de la GPU.
El estilo que emplea el autor corresponde al carácter de las experiencias narradas: es un estilo nervioso, entrecortado, en algunas partes inclusive convulsivo. El traductor deberá ser un estilista que domine plenamente el alemán y el inglés. Diego Rivera, a quien le relaté el contenido de la novela, se interesó enormemente y manifestó su deseo de hacer unas veinticinco ilustraciones para el libro. De más está decir que las ilustraciones de un gran maestro aumentan enormemente el valor de la edición.
Si el editor lo considera necesario, yo estaría dispuesto a escribir un prólogo. La novela en sí no necesita interpretaciones. Dado que el autor es un desconocido, quizás el prólogo no estaría de más. Sin embargo, personalmente creo que las ilustraciones de Diego Rivera bastarían para garantizar el éxito del libro.