Saludos a James P. Cannon[107]
20 de enero de 1937
Estimado camarada Cannon:
La marcha de los acontecimientos nos ha convertido en vecinos, sólo cuatro días de viaje nos separan. Natalia y yo nos encontramos en México desde hace diez días. En varias ocasiones quise escribirle para informarle de nuestro arribo y enviarle a usted y a su esposa los mejores saludos de dos nuevos ciudadanos del Nuevo Mundo. Pero no le resultará difícil imaginar el caos que nos rodea y, en cierta medida, nos penetra: tantos amigos viejos y nuevos, nuevas impresiones, nuevos achaques. Natalia sufrió un ataque de Malaria que duró tres días. Desde hace dos días se encuentra mejor. Durante toda la travesía (veintiún días) el problema que más me desveló fue el de encontrar una mecanógrafa rusa en México, elemento indispensable para mi trabajo. Felizmente, el problema está solucionado. He vuelto a trabajar, he recuperado el equilibrio, y puedo escribirle.
Los cinco camaradas norteamericanos que tanto nos ayudaron volverán próximamente a Estados Unidos. Está con nosotros el camarada francés van Heijenoort, a quien usted conoce. Los camaradas de Nueva York proponen enviar al camarada Bernard Wolfe para que permanezca aquí durante algún tiempo. También está dispuesto a venir el camarada checoslovaco Frankel; pero no hemos tomado una decisión definitiva al respecto[108].
Diego Rivera, quien tanto se esforzó para conseguir nuestra visa, enfermó debido al exceso de trabajo; está en el hospital, atacado por una infección maligna. Desgraciadamente su resistencia a la enfermedad es insuficiente, y su estado nos tiene a todos muy deprimidos.
Shachtman me aseguró que su salud mejoró mucho en California y usted imaginará cuánto nos complace saberlo.
Vi con gran alegría los primeros cuatro números de su periódico [Labor Action]. ¡Es un gran comienzo! Y si obtienen los medios materiales para seguir publicándolo será un gran éxito.
¿Tiene usted poder suficiente en California como para obtenerme una pequeña visa para visitarlo allí… solamente por un par de días? En caso contrario, ¿Podemos esperar una visita suya en el hospitalario México en un futuro próximo? Tanto a Natalia (quien habla de usted con mucho cariño) como a mí nos gustaría mucho.
Los camaradas norteamericanos estuvieron tan ocupados con los problemas prácticos que nos quedó muy poco tiempo para discutir la situación de Estados Unidos Shachtman me trazó un panorama muy general sobre los éxitos logrados y mencionó brevemente algunas de las diferencias surgidas en el último periodo; de más está decir que no puedo formular una opinión por el momento. Sea como fuere, me complacería recibir un informe suyo acerca del trabajo en California, sus opiniones respecto de la situación y las perspectivas.
Mi libro La revolución traicionada aparecerá en Nueva York próximamente, espero. Naturalmente, le enviaré un ejemplar y aguardaré su opinión. En este momento estoy terminando un folleto, en ruso, sobre los procesos de Moscú. Su aparición está prevista para la primavera en Nueva York.
En sobre aparte le envío una fotografía tomada con Diego Rivera. Reciban usted y la camarada Rose los mejores saludos y deseos de Natalia y míos[109].
Suyo.
L. Trotsky