MI SAUCE LLORÓN
Después de comer, Moisès ha elegido una película de insectos para hacer tiempo antes de ir a la piscina. Yo aún estaba sorprendido, porque ha dejado de llover en cuanto he acabado de contar la historia del sauce llorón y un rayo de sol me ha deslumbrado mientras Moisès y su madre me aplaudían.
En la pantalla, unas hormigas transportaban terrones de azúcar guiadas por una mariquita delante de un paisaje lleno de árboles.
No he sido niño, como quería mamá.
El abuelo es un árbol, he pensado. Y ahora es el sauce llorón herido por el rayo. Y cuando no quede de él ni el tocón me mancharé los dedos de tiza verde para dibujarlo.