NUESTROS TRONOS
En casa cuando estamos contentos todos somos reyes. Rey, ¿cómo te ha ido el día? ¿Dónde tengo el móvil, reina? ¿Ya has hecho los deberes, rey? En casa mamá es la que más lo dice, pero la abuela la gana, porque ella llama rey y reina a todo el que ve, aunque no lo conozca de nada. Mamá solo nos lo dice a papá y a mí. Y papá solo la llama reina a ella. Yo, de momento, no se lo digo a nadie, porque no me sale, pero ahora me gustaría saber decirlo como ellos, los mayores, de esa forma que parece que sea la única palabra que pega, esa y ninguna otra, y cuando oyes que te llaman rey te sale como un calorcito del fondo de la barriga y es como si no pudieras ponerte enfermo nunca. Ahora me gustaría saber decirlo y encontrar la forma de conservar nuestros tronos para siempre.