EL PRIMER JOAN
Al llegar a casa, mamá, los abuelos y yo nos hemos sentado a la mesa del comedor. Mamá ha traído papel y lápiz y ha preguntado a los abuelos quién era el primer Joan que recordaban de la familia.
—¿Ahora quieres que hagamos memoria, nena?
La abuela se ha puesto nerviosa, pero entonces el abuelo ha cogido un papel y ha empezado a escribir un Joan tras otro y a hacer rayas que salían de ellos una vez unidos con un nombre de mujer, y de las rayas salía siempre un Joan y después iban las Mercès, los Jaumes y hasta alguna que otra Joana. Cuando ha llegado a mis padres y ha escrito Ernest y Mercè, de la rayita el abuelo ha sacado un Joan y la abuela ha vuelto a ponerse nerviosa.
—Dame.
Le ha quitado el lápiz y cuando iba a tachar la o del último Joan, el número once, el abuelo no la ha dejado.
—Voy a dejarle la o.
Las clonecitas han torcido la sonrisa hacia el mismo lado.