Angelina Portilla, alias la Capitana, no salió de Puerto Rico en los últimos ocho años de su vida. No tenía teléfono móvil (celular) y, sin embargo, aquel 19 de marzo de 2000…
Pero bueno será que empiece por el principio en esta no menos asombrosa historia.
Me fue relatada por Luis Carrazona, hijo de la Capitana, y por Magaly, esposa de Luis. El matrimonio vivía en Miami.
—Mi madre —aclaró Luis— tenía noventa y cuatro años, pero su cabeza era un lujo…
»Ella vivía en San Juan, en Puerto Rico…
»Hablaba con ella todos los domingos…
»No tenía celular. Usaba siempre el teléfono fijo…
»Pero el 17 de marzo del año 2000, tras hablar con ella, falleció…
—Acudimos a Puerto Rico —intervino Magaly— y asistimos al funeral y al entierro…
»Le dieron tierra en el cementerio de Portacoeli, en Bayamón, cerca de San Juan…
»Y regresamos al hotel…
»Era el 19 de marzo. Calculo que habían dado las siete de la tarde…
»Subí a la habitación. Me hallaba cansada…
»Estaba sola…
»Y, de pronto, sonó mi celular…
»Pensé que era mi hija, la que vive en Miami. No pudo viajar a Puerto Rico porque tenía que cuidar a su bebe…
»Estaba haciendo otras cosas y tardé como un minuto en llegar al teléfono…
»Ya habían colgado…
»Miré el número y, en efecto, era el de mi hija…
»Pulsé para escuchar y me quedé de piedra…
»Había un mensaje. Decía así: “Magaly… Es Angelina… Yo sé que ustedes están preocupados porque no se pueden comunicar conmigo, pero quiero que sepan que estoy bien”.
»¡Dios mío! ¡Era Angelina, mi suegra!…
»Y la grabación, no sé cómo ni por qué, se perdió…
»Un mes después, afortunadamente, conseguí recuperarla…
»Y mi marido pudo escuchar la voz de su madre…
»Después desapareció definitivamente…
—Veamos si lo he entendido —comenté—. Tu madre falleció el 17 de marzo de 2000.
Luis y Magaly asintieron.
—Dos días después, el 19 por la tarde, Magaly recibe una llamada en su móvil…
—Correcto —respondió Magaly—. Pero no era el número de la Capitana. El que apareció en el celular era el teléfono fijo de mi hija, la de Miami.
—La Capitana no tenía móvil…
—No, utilizaba siempre el fijo de su casa. Yo hice algunas comprobaciones —añadió Luis— y pude verificar que el teléfono de mi madre no se averió.
Por supuesto, la hija de Magaly, la que vive en Miami, nunca llamó al celular de su madre…