El viento otra vez
El sol gris era tenue. Se levantó viento y las cosas que susurran o se mueven con el viento así lo hicieron alrededor de nosotros mientras íbamos por el camino hasta el granero.
—¿Por qué crees que se mató? —preguntó Fred—. ¿Por qué iba a hacer una cosa así? Era tan joven. Tan joven.
—No lo sé —dije—. No sé por qué se mató.
—Es terrible —dijo Fred—. Ojalá no tuviera que pensar en ello. No tienes ni la menor idea, ¿eh? ¿No la has visto?
—No, estaba mirando la Estatua de los Espejos y ella se ahorcó allí. Ahora está muerta.