Un intercambio de palabras

enHERVOR y su banda entraron tambaleándose en yoMUERTE.

—Vaya porquería —dijo uno de ellos.

Tenía los ojos enrojecidos a causa de ese brebaje que preparaban y bebían en grandes cantidades.

Cruzamos el puente de metal que se esparranca sobre el pequeño río de la sala y continuamos por el pasillo que conduce al criadero de truchas.

Uno de los miembros de la banda de enHERVOR estaba tan borracho que se cayó y los demás lo recogieron. Casi tuvieron que llevarlo en volandas, de tan borracho que estaba. No dejaba de repetir una y otra vez:

—¿Cuándo vamos a llegar a yoMUERTE?

—Estás en yoMUERTE.

—¿Qué es esto?

—yoMUERTE.

—Ah. ¿Cuándo vamos a llegar a yoMUERTE?

A Margaret no se la veía por ninguna parte. Yo caminaba junto a Pauline para protegerla un poco de enHERVOR y su escoria. enHERVOR la vio y se acercó. Llevaba un mono que parecía no haber lavado nunca.

—Hola, Pauline —dijo—. ¿Cómo lo llevas?

—Eres asqueroso —contestó ella.

enHERVOR soltó una carcajada.

—Cuando te vayas fregaré el suelo —dijo Pauline—. Todo lo que pisas queda asqueroso.

—No seas así —dijo enHERVOR.

—¿Y cómo debería ser? —preguntó Pauline—. Mírate.

Yo me había acercado para proteger a Pauline de enHERVOR, y ahora casi tuve que interponerme entre ambos. Pauline estaba muy furiosa. Nunca había visto a Pauline furiosa. Era todo un carácter.

enHERVOR volvió a reírse y a continuación se apartó de ella, se acercó a Charley y se quedó a su lado. Charley tampoco parecía muy feliz de verlo.

Era extraña aquella procesión que recorría el pasillo.

—¿Cuándo vamos a llegar a yoMUERTE?