Una siesta
De repente me sentí muy cansado y decidí echarme una siesta antes del almuerzo; entré en la choza y me tendí en la cama. Miré el techo, las vigas de azúcar de sandía. Me puse a mirar las vetas y pronto me quedé dormido.
Tuve un par de sueños cortos. En uno aparecía una polilla. La polilla estaba en equilibrio sobre una manzana.
Luego tuve un sueño largo, que de nuevo fue la historia de enHERVOR y su banda, y las terribles cosas que sucedieron hace sólo unos meses.