El grillo plácido
Salí y me quedé un rato en el puente mirando el río. Tenía un metro de ancho. Del río se alzaban un par de estatuas. Una de ellas representaba a mi madre. Era una buena mujer. La construí hace cinco años.
La otra estatua era de un grillo. No la hice yo. Fue otro quien la construyó hace mucho tiempo, en la época de los tigres. Es una estatua muy plácida.
Me gusta mi puente porque está hecho de todas las cosas: madera, piedras lejanas y plácidos tablones de azúcar de sandía.
Me dirigí hasta yoMUERTE a través de un crepúsculo frío y prolongado que pasó sobre mí como un túnel. Perdí de vista yoMUERTE cuando me adentré en el bosque de pinos, los árboles despedían un olor fresco y se iban oscureciendo poco a poco.