La Olvidería

Nadie sabe lo antigua que es la Olvidería, y es tan extensa que no podemos ni queremos recorrerla.

Nadie se ha adentrado mucho en la Olvidería, excepto ese tipo que según Charley escribió un libro sobre ella, y me pregunto con qué problemas se encontró al pasar allí semanas.

La Olvidería simplemente sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue. Para que os hagáis una idea. Es un lugar grande, mucho más grande que nosotros.

Margaret y yo fuimos hasta allí de la mano, pues ya salíamos juntos, bajo el sol de un día azul y unas luminosas nubes blancas que discurrían sobre nuestras cabezas.

Cruzamos muchos ríos y pasamos junto a muchas cosas, y luego vimos el sol reflejándose en los tejados del grupo de chozas con goteras de enHERVOR que hay a la entrada de la Olvidería.

Allí hay una verja. Junto a la verja está la estatua de una cosa olvidada. Encima de la verja hay un cartel que dice:

ÉSTA ES LA ENTRADA DE LA OLVIDERÍA

TENED CUIDADO

PODRÍAIS PERDEROS