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No sólo la victoria contra la inflación

No bien se supo la trágica verdad, Televerdad, el noticiero que había lanzado a Ana Espinosa como su estrella más destellante, emitió un programa especial.

Fue a las 14. Y fue Diego Winkler, el mismísimo Diego Winkler, quien apareció en Cámara, el rostro pálido, sombrío, abrumado por la mala nueva, quien miró a Cámara, y quien dijo:

—Hay noticias que no quisiéramos dar. Pero la realidad se nos impone. Y nuestro compromiso con la realidad y con la verdad, lo saben todos aquellos que nos siguen, es ineludible. —Hizo una pausa. Una pausa dramática. Luego lanzó la triste noticia—: Ana Espinosa ha sido asesinada. Nuestra querida y valiente y hasta, diría, progresista compañera, ha sido víctima de la furia asesina de Van Gogh. —La Cámara comenzó a girar muy lentamente a su alrededor. Winkler acompañó ese movimiento con su silla, que era, claro está, giratoria, y no dejó ni por un instante de fijar sus ojos en la Cámara—. Cuando todos creíamos que la pesadilla había concluido… otra vez golpea a nuestras puertas. Van Gogh está libre. Y sigue matando. Y ha matado a Ana Espinosa. Nuestra compañera. Nuestra valiente amiga, cuya valentía no alcanzó para salvar su vida. —Hizo una última pausa. La Cámara se detuvo. Diego Winkler hundió en ella su mirada. Con una fingida indignación que simuló contener, dijo—: ¿Qué piensan hacer las autoridades? ¿Qué piensa hacer el comisario Pietri? ¿Qué piensa hacer el Ministerio del Interior? La victoria contra la inflación, que todos celebramos, no lo es todo. La victoria contra la inseguridad es la condición inexcusable de un país libre. Quedamos a la espera.

Fueron a un corte.