ROSAS
EL mundo es mío.
Por donde yo vaya
arrojo rosas para todos.
El artista ama cada oreja de mármol
que entiende su palabra.
¿Qué me importan dolor, miseria?
Todo se desploma con estruendo:
yo canto.
Así se eleva el gran himno del dolor de un pecho feliz.
[De El altar de rosas, 1919]