PASIÓN
CUANDO Orfeo arranca notas argentinas del laúd,
llorando muerte en el jardín vespertino,
¿quién eres tú, figura quieta bajo los altos árboles?
Susurran la queja la caña otoñal,
el estanque azul,
muriendo bajo árboles verdeantes
y siguiendo la sombra de la hermana;
oscuro amor
de una estirpe salvaje
de la que huye el día sobre ruedas de oro.
Sosegada noche.
Bajo sombríos abetos
dos lobos mezclaban su sangre
en pétreo abrazo; ser de oro,
se perdía la nube sobre el sendero,
paciencia y silencio de la niñez.
Vuelve a aparecer el tierno cadáver
a orillas del estanque del tritón
durmiendo en su cabellera de jacintos.
¡Que se rompa por fin esta fría cabeza!
Que siempre persigue, animal azul,
un ojeador en la penumbra de los árboles,
de estos oscuros senderos
en vela y movidos por la emoción de nocturna armonía
la dulce demencia;
o resonaba de un éxtasis oscuro
poseído el laúd
a los pies fríos de la penitente
en la ciudad petrificada.