DÍAS DE 1903
NUNCA los volví a encontrar —tan rápidamente perdidos—
los ojos poéticos, el pálidos rostro...
en el atardecer del camino...
Nunca los volví a encontrar. Míos por casualidad,
qué fácilmente los perdí;
con qué agonía los recordaba, los deseaba.
Los ojos poéticos, el pálido rostro...
Nunca encontré esos labios otra vez.
1917